El juego del amor

Angeles

Salí de mi casa sin que nadie se diera cuenta camine más de dos horas, no sabía a donde ir tenía miedo todo estaba obscuro y no se veía a nadie, me dolían los pies-todo por ti -acaricie mi vientre, tres hombres de mal aspecto se me acercaron.
-¿Dónde vas bonita? -preguntó uno y no lo miré seguí caminando muerta de miedo- anda bonita eres muda -insistió el tipo y sentí cómo me tomó del brazo- ¡Dejenme! -lo empuje y uno quería coger mi maleta-
-Ay pero si hablan -me rodearon- dame todo lo que tengas -dijo sacando una navaja.
-No tengo nada -dije asustada, me quitaron la maleta y se abrió toda, mi ropa estaba en el suelo- dame el dinero .
-Está bien pero no me hagan nada -me tiraron del bolso y caí al suelo.
- ¿Es lo único que tienes? -me grito uno, asentí asustada- sabes tienes algo mas -me arrancó la medalla que llevaba encima.
-No, es de mi abuela -dije llorando, se me acercó uno y acaricio mi mejilla, le escupí- Maldita -me iba a pegar cuando escuche gritar.
- ¡Déjenla malditos perros! -llego una mujer con un palo, salieron corriendo se acercó a mí- ¿estás bien? -la mire era una chica rubia, negué- tranquila no estás sola .
-Yo -empecé a llorar y ella se acercó a mí.
-No llores, sabes que es peligroso que andes a esta hora por aquí y sola -alce la mirada.
-No tengo nada -ella me dio una pequeña sonrisa y extendió su mano.
-Irina -tomé su mano- ¿quieres que te lleve algún lado? -Negué y me ayudó a recoger las cosas.
-Gracias pero no tengo a donde ir, a lo mejor si conoces un hotel barato -vi cómo recogió la medalla- me la dio mi abuela -me miró.
-Es raro .
- ¿Qué? -pregunte cuando vi su expresión y sacó debajo de su ropa una medalla igual a la mía- es igual a la mía .
-Eso parece según mi madre era única porque se la regalaron y estaba bendecida por -la interrumpí.
-El papa -Irina asintió- soy Andrea -ella me dio una sonrisa, un niño se acercó a ella corriendo.
-Irina tú mamá está preocupada por tí -el pequeño llevaba una bolsa de pan, Irina jugó con su pelo.
-Gracias enseguida voy -me miró- vamos .
- ¿Me vas a llevar al hotel? -negó.
-No, te voy a llevar a mi casa ya es muy tarde y este lugar es peligroso para las personas que no conocen -me ayudo con la maleta y la seguí no tenía otra opción.

Llegamos a una panadería una señora cerraba la persiana de metal pero cuando vio cómo nos acercamos se detuvo.
-Por dios Irina cuantas veces te he dicho que no me gusta que andes tan tarde -Irina se acercó a ella y la abrazó.
-Ya mami  me se cuidar y lo sabes -la mujer negó y le dio un beso- deja eso yo lo hago.
-No mi amor, yo puedo -Irina negó y ella termino de cerrar la señora me observaba- y ¿tú quien eres? -preguntó la señora frunciendo el ceño.
-Es Andrea -contestó Irina y la señora extendió la mano.
-Un gusto yo soy Rosario -le di la mano- ¿eres amiga de Irina?
-No exactamente -contestó Irina que terminaba de cerrar- pero no tiene a donde ir y casi la asaltan .
-Por dios -se acercó a mí- pero estás bien -asentí.
-Sí gracias a Irina no me paso nada -la señora sonrió sintiéndose aliviada.
-Pero que esperas muchacha pasa -entramos por una pequeña puerta y pasamos por una panadería el pan olía delicioso y yo con hambre mi estomago empezó hacer ruidos- Irina mi amor, vez por unos panes, para que cenemos .
-Sí mami -Irina me dejo sola con su madre.
-Y bien ¿Qué hace una muchacha como tú por esté barrio? -No pude evitar llorar, Rosario se acercó a mí y me abrazó- ¿Qué pasa muchacha?
-Estoy embarazada .
-Hay mija pero es que con tantos métodos anticonceptivos que te embaraces es absurdo -negué al recordar lo que Barbie había hecho- pero tranquila ahora tus padres están molestos pero no hay nada que no le perdonemos a nuestros hijos .
-Mi padre quiere que aborte -dije con dolor- y yo no quiero.
-Y si no quieres no lo debes hacer -se separó del abrazó- es tú cuerpo Andrea y tú decides por él.
-Por eso me salí de mi casa, no podía seguir ahí y permitir que mis padres -me toque mi vientre- acabaran con mi bebé.
-Mi amor fue una decisión un poco precipitada -negué.
-Hoy fuimos a la clínica pero no pude y mañana mi padre me obligaría a deshacerme de mi bebé-no paraba de llorar.
-No llores Andrea -sentí cómo Irina colocó su mano en mi hombro- nosotros te vamos a ayudar -la miré con ilusión a sus palabras- ¿verdad mamá? -Rosario suspiró.
-Claro que sí Andrea por ahora te podemos ayudar dejando que te quedes aquí y ya después veremos -las mire a las dos no tenía palabras como agradecer, saque de mi bolsa la medalla y se la di a Rosario.
-Reciba esto cómo pago por quedarme aquí -Rosario negó con una pequeña sonrisa que se le borró cuando miró la medalla.
-Por dios ¡Andrea! -Expresó impresionada, miré a Irina y ella estaba sorprendida- ¡Andrea del Junco ! -asentí- no puede ser -me abrazó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas- muchacha estás enorme. 
-Mami ¿Qué pasa?
-Pasa que a ti -me acarició el rostro con ternura, cómo nunca nadie me lo había acariciado ni mi madre- te conozco desde que eras una bebé y te llevaban a casa de Ángeles.
- ¿Usted conoció a mi abuela?
-Claro yo trabajé con ella tú eras muy pequeña cuando me salí por cuidar a Irina tú abuela me ayudó muchísimo gracias a ella pude poner la panadería y pude aprender a hacer postres me obligó a ir a una escuela -sonreí al imaginármelo mi abuela siempre fue de un carácter muy fuerte pero era la persona más linda del mundo y la más buena ,por eso la panadería se llama los Ángeles -no pude evitar sonreír-Hay mi vida sabes que ahora más que nunca sabes que te vamos a apoyar, yo no tenía cómo devolverle a tu abuela todo lo que había hecho por mi y ahora -me tomó las manos- yo sé cómo devolverle el favor, eso sí -se puso sería- te enseñare a ser una mujercita, porque él -me acaricio el vientre- te va a necesitar valiente y capaz de todo.
-Gracias -la abrace y por primera vez en estos días sentí alivio, me sentía segura y protegida.

Estuvimos hablando mientras cenaba, se veía que en esa casa hacían falta muchas cosas materiales pero sobraba amor y eso era lo que yo quería para mi bebé mucho amor, después de cenar subimos a la habitación.
-Andrea sé que tú estás acostumbrada a lujos y aquí no las hay -Irina sacó unos cobertores y unos edredones, me dio unas sabana y vi cómo los colocaba en el piso.
-Irina sabes que aquí me siento en paz -Irina levantó la cara y observó a una virgen que tenía en una repisa con unas pequeños jarrones alrededor de ella con rosas blancas.
-Eso es gracias a ella, Andrea sé que hablar de religión puede ser difícil, pero la fe es algo que siempre nos hace bien -me observó- cuando te sientas sola y creas que no puedes más confía en ella y verás cómo pasa algo que te hará cambiar tu forma de ver la cosas .
-Gracias Irina lo intentaré -ella me dio una sonrisa.
-Duermes en la cama y yo aquí -negué.
-No Irina estás loca, es tu cama.
-Y te la doy no te preocupes .
-No claro que no, en todo caso yo duermo ahí -Irina negó inmediatamente.
-No mi mamá me mata -reí y ella también sonrió.
-Bueno entonces compartamos la cama, digo es lo suficientemente grande .
-Pero no te quiero incomodar.
-Y no me incomodas, anda te ayudo a recoger lo que iba a ser tu cama y compartamos cama .
-Está bien, y sólo porque las noches son muy frías ,pero no me gustan la mujeres.
-Me rei y toque mi vientre-A mi tampoco,gracias por hacerme reír.
-Aquí lujos no habrán pero amor y risas las tendrás.

Llegamos a la casa que mi padre rento ,era más grande ,apenas cené y me subi a mi habitación, me tumbe en la cama y sin comprender pensé en ella.

Salímos fuera,la luna estaba llena,pusimos una manta en la arena y nos sentamos,yo estaba detrás de ella abrazandola.
-Esta llena -dijo Andrea mirando la luna-es bellísima.
-Nada comparado a ti -Se giró y me beso,nos separamos y cogí su rostro-te amo Andrea.
-Y yo a ti Samuel-me puse de rodillas y la besé mientras la recostaba en la manta-te deseo.
-No te cortes,quiero ser tuya-dijo agitada.

-Recorde nuestra primera vez-Me engañaste,me hiciste creer que me amabas y sólo era un juego,te odio-me senté en la cama-te tengo que sacar de aquí-toque mi cabeza-y de aqui -toque mi pecho.

No podía dormir,me levanté con cuidado para no despertar a Irina y mire a la virgencita.
-No soy de mucho rezar pero te doy las gracias por ponerme en estos momentos tan dificiles en mi vida estos dos angeles -mire a Irina y pensé en su madre-gracias abuela por ayudar a Rosario se ve muy amorosa-escuché un ruido baje a la panadería, no había nadie,mire todo lo que tenia y cogí ingredientes para hacer un postre cuando estaba mal me ayudaba a no pensar. Estaba amasando cuando sentí unas manos detrás, era Samuel me dio una sonrisa,el puso la manos sobre las mías y me ayudo amasar,me volví a verlo y no estaba.
-No te voy a olvidar nunca-toque mi vientre-tengo un pedacito de ti-unas lágrimas salieron.

Estoy con Andrea en la playa ,ella esta mirando hacia al mar yo la tengo abrazada y su cabeza apoyada en mi pecho,acaricio su brazo mientras beso su hombro ,Andrea se giro y me regaló una sonrisa.
-Te amo-acaricia mi mejilla-pase lo que pase nunca dudes de mis sentimientos hacia a ti, gracias a ti soy otra persona-se acercó y nos besamos.
-Yo también te amo- se levanta y me sonríe ,se mete a la mar,no la puedo dejar de mirar ,de pronto ya no la veia busque desesperado -Andrea!!!-grité desesperado-Andrea!!! -no la encontre senti angustia, miedo y me desperte sobresaltado,todo habia sido un sueño y algo dentro de mi me decia que algo malo le iba a pasar Andrea.

Me desperté al notar como tocaban mi hombro, levante la cabeza y me había dormido apoyada en la mesa del horno de la panadería , mire y estaba todo lleno de postres que hice de madrugada ,me giré y vi a Rosario.
-Que hiciste muchacha-parecía molesta-has gastado todos los ingredientes, como voy hacer hoy el pan?

Me duche,no se me iba de la cabeza ese sueño con Andrea desaparecida,salí con una toalla en mi cintura y me senté en la cama.
-Siento que algo malo te está pasando-me pegué en la frente-déjalo,ella no me importa lo que le pueda pasar-me reñia yo mismo- pero fui tan bruto contigo la ultima vez que te vi-mire el teléfono lo cogí y marqué -Andrea-dije .