• Capítulo 1 •

82 9 13
                                    

Lucas, un niño de cinco años, jugaba felizmente en un parque con su gemela Cintia.

Estos dos eran muy similares; los dos tenían el pelo rubio oscuro y ojos almendrados con un toque de verde esmeralda a las afueras del iris.
Por supuesto también tenían la misma altura y unas facciones muy parecidas.

Se podría decir que si a Cintia le cortabas el pelo corto, era una réplica exacta a Lucas.

Los gemelos se encontraban en un parque a las afueras de la ciudad donde no había gente ya que eran aproximadamente las 8h. de la noche. Solamente se encontraban ellos dos y su abuela, que los cuidaba y vigilaba cuando estos hacían las típicas travesuras que hacen los niños pequeños.

Pero la pobre mujer siempre que iban al parque, es decir, todos los martes, se aburría demasiado ya que no tenía a nadie de su edad con quién poder hablar. Menos mal que hace unas semanas, se le vino una idea a la mente y comenzó a coger la táctica de hacer ganchillo mientras cuidaba a sus polluelos.

Parecía que Lucas y Cintia estaban demasiado concentrados jugando al pilla-pilla correteando por todos los lados e intentando atraparse el uno al otro cuando cambiaban de turnos.

Al cabo de una hora aproximadamente, cuando el sol ya había desaparecido por completo, los pequeños se cansaron de jugar al pilla-pilla y decidieron jugar al escondite.
Esto resultó ser una de las peores decisiones que podrían haber tomado...

Lucas comenzó a contar mientras Cintia corría para esconderse detrás de un árbol bastante alejado de su abuela y de su hermano. No quería que éste la encontara tan fácilmente, claro.

(1,2,3,4,5...)

Cintia esperaba ansiosa que su hermano acabara de contar con el corazón latiendole a mil por hora.

(18,19,20,21...)

Una furgoneta negra parada en frente del parque con los cristales pintados de negro también esperaba ansiosa.

(45,46,47,48...)

Dos personas. Sólo dos. Pero eran más que suficientes.

Iban vestidas de negro con pasamontañas para cubrirse la cara y no ser descubiertos, ya que lo que iban a hacer era inhumano.

(72,73,74,75...)

Los niños no se dieron cuenta. Y su abuela tampoco.
Estas personas desalmadas se dirigieron hacia Cintia con paso firme. Cualquiera que estuviera allí temblaría con sólo mirarlos.

(96,97,98,99...)

La cogieron. La atraparon. La tenían en sus manos y no había vuelta atrás.

-...100! ¡Voy a por ti Cintia, espero que te hayas escondido bien!- gritó el pequeño Lucas emocionado. Aunque al instante, no se sabe si fue por esa famosa conexión que los gemelos tienen o por cosas del destino, que se puso muy nervioso e intuía que algo no iba bien.
Rápidamente llamó a su abuela para pedirle ayuda y fue ahí cuando encontraron a Cintia.

Ella estaba muy alejada de su familia gritando como nunca antes lo había hecho. Necesitaba ayuda, no sabía que hacer y no era lo suficientemente fuerte como para liberarse del agarre de los dos corpulentos hombres.

Ya era demasiado tarde.

Cuando su abuela y su gemelo comenzaron a correr hacia ella, la furgoneta salió a toda velocidad de aquél lugar.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°
Espero que os guste, esta es mi primera historia corta y estoy poniendole bastante esfuerzo en mejorarla, ya que hace poco tiempo la subí sin editar y era muy corta y no estaba muy bien escrita...

Pues eso, espero que la disfrutéis y... A SEGUIR CON EL SIGUIENTE CAPÍTULO! ❤❤❤

-A-

El ReencuentroWhere stories live. Discover now