• Capítulo 4 •

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Después de un largo rato pensando qué debía hacer, decidió que lo más lógico era llamar a ese número desconocido para ver si pasaba algo urgente.
Pero cuando estaba decidido a hacerlo, sonó el timbre de su casa.

Se levantó del sofá donde estaba reposando y, corriendo, cogió el telefonillo y preguntó quién era. Nadie respondió.
Lo volvió a preguntar por si no le habían oído pero no se escuchó absolutamente nada, así que decidió bajar por si acaso el telefonillo no funcionaba.

Conforme iba bajando las escaleras de la finca donde vivía, su pulso se iba acelerando. Esto sólo le sucedía cuando, claramente estaba nervioso; o cuando tenía un presentimiento o una corazonada.
Y la verdad es que tenía la corazonada de que algo extraño iba a suceder, y no entendía el porqué.

Cuando al fin éste llegó a la planta baja de la finca, abrió la puerta.
No había nadie; lo único que había era una especie de sobre en el suelo, como si fuera una carta.

Miró hacía los lados de la calle porque notaba que alguien le observaba, pero no podía divisar a nadie más que a un grupo de adolescentes haciendo tonterías y riéndose sin parar; aunque ellos estaban demasiado perdidos en su mundo y no le estaban observando.

Cogió el sobre y lo abrió.

Dentro de éste había un papelito de color amarillo, un post-it, en el cual se podían ver una palabras escritas con tinta.
Alguien había escrito lo siguiente:  

"Ve a la noria a las 6:30h."

Lucas se dio cuenta que además del papelito, había algo más en el sobre. Algo que le puso los pelos de punta y le atemorizó rápidamente...

Un collar; pero no era un collar normal y corriente, no.
Era el collar de su hermana gemela, aquella a la que tanto amaba y por desgracia fue raptada cuando sólo eran niños.
Era extraño, ya que después de tanto tiempo, aún le venían imágenes a la cabeza de su hermana correteando con el collar puesto. Lo recordaba perfectamente.

Se quedó observándolo fijamente; era bastante elegante, estaba todo hecho de oro y contenía la inicial del nombre de su hermana; una C, la verdad, con una tipografía muy bonita.

Lucas no paraba de observarlo...
No sabía ni qué hacer, estaba paralizado por el miedo y la inseguridad.
En la calle aún, no podía parar de darle vueltas al asunto.

Al final pensó que lo más coherente sería ir al lugar y a la hora que esa persona le había citado.

Y así lo haría.

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.atroc airotsih atsé odnatsug étse so euq orepsE
...aruges yotse on orep ,ogolípe nu ogah néibmat rojemola ,olutípac nu adeuq olóS

❤❤❤
-A-

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