Catarsis.

El Alma Se Apaga.

Creo que nací en la época equivocada. Mi vida ha pasado en escuchar a mi madre, a mis tíos, mis primos, y sus primos, hablar de una ciudad con la promesa de ser utópica. Una ciudad a la que una vez al año, se le conmemoraba una semana entera. Donde tenías la seguridad de salir de hacer lo que hacen los jóvenes, y llegar sano y salvo a casa.

No conozco la esperanza. Conozco la desesperación, y la fantasía de un mundo mejor.

Conozco el miedo. Miedo de que las agresiones de aquellos que juraron protegerme, un día arrebaten mi vida.

Y me siento valiente. Debo hacerlo. Mi profesor de Historia solía recordarnos que los grandes movimientos rebeldes habían sido iniciados por personas tan valientes, que incluso podían ser tomados por insensatos.

¿Y qué es la fe sino insensatez?

Se tiene la creencia popular, de que sí la fe no es alimentada, simplemente no existe. Si es así, ¿de dónde viene la fe ciega de cierto grupo de gente?

Conocen el hambre igual que nosotros. Conocen el dolor de ver ir a un ser querido, en busca de una vida mejor.
Lo conocen todo al igual que nosotros.
¿Por qué no tratar de terminarlo?

¿Por qué no tratar de cerrar el ciclo de desesperación, ansiedad y hambre?

Porque el miedo mueve las masas. Incluso más que el hambre, el enojo, o la fe.

Un perro va a seguir a la persona que pretenda alimentarlo. Coloque trigo en un plato y entrégueselo. La primera vez, lo devorará como a cualquier trozo de carne. La segunda vez, dejará un poco. La tercera vez lo dejará entero. Y la cuarta vez atacará a la persona que lo está alimentando.

Somos puro reflejo. No existe nada tan potente como el instinto. Y el instinto es potenciado en su totalidad por el miedo. El miedo de un pueblo a ser pisoteado, creará rebeldía. El miedo a la rebeldía, creará represión. La represión creará muertos. Y los muertos generarán miedo, además de alguna creencias.

El ciclo de la vida indica que hijos deben llorar a sus padres. Y así los hijos de estos, y así hasta el fin de los días.

Pero hay padres enterrando a sus hijos. Y no de una forma poética, de una forma humana. Sino, que han sido víctimas el miedo. El miedo de unos superiores abrazándose desesperadamente al poder.

El poder consume.

Porque el poder está conformado por avaricia, lujuria y miedo.

Si no me cree. Pregúntele a cualquier persona con una relación remota a la política o el poder, que se siente saber que innumerables masas, confían sus destinos, creencias, o vidas, netamente en sus manos.

El hecho de tener el poder cambiar la mentalidad de una persona, despierta una bestia en cada hombre.

"Hay una bestia en cada hombre, que despierta cuando le dan una espada."

Nunca mejor dicho.

-R.