La cena

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Son las siete y media de la tarde y estoy tumbada en la cama con Juancho Marqués de fondo, el nuevo cantante de moda. Miro al techo, pensativa, sobre lo que me espera en las siguientes horas: cenar con Brais.
Una parte de mí me dice que no debo ir, que debería estar en casa hablando por teléfono con Dani y pensando en cuándo iré a verlo; pero otra parte me dice que salga y me divierta que no tiene que significar nada, es una simple cena. Aunque dentro de mí hay algo más.

Amira me está hablando por Whatsapp para preguntarme qué me pondré y si estoy mentalizada ya de que parte de mi noche la voy a pasar con Brais. 
Me levanto de la cama, cansada y me dirijo al baño a darme una ducha. Mientras los chorros de agua fría recorren mi cuerpo pienso en toda mi vida en general y me doy cuenta que quizás no todo es tan bonito como creía, que no soy tan feliz como aparento. 

Pongo "Are you Venus?" de Eddie Circa que siempre me anima cuando llego de vuelta a mi cuarto envuelta en una toalla y abro mi armario, cojo un pantalón que parece una falda por delante con un estampado de flores y un top de manga larga negro fino con unas cuñas altas. Como siempre, llevo el pelo liso y me hago un maquillaje sencillo que termino justo a las 21.00h, cuando me llama Brais para decirme que está esperándome en mi puerta. 

Bajo corriendo las escaleras con el corazón latiéndome a mil por hora. Mis padres no están en casa así que no tengo que dar explicaciones ahora de dónde voy ni con quién. Cuando abro la puerta me encuentro al pelirrojo que me pone de los nervios con una camisa remangada que marca sus trabajados brazos y un vaquero más o menos ceñido y unas deportivas que no rompen lo arreglado de su conjunto. Está increíble. 

Tras los saludos y formalidades, me dirige hacia su coche y me abre la puerta del copiloto. Hacía unos meses que ya había cumplido 21 años y su tía por fin le había regalado un coche.

En el camino hacia el restaurante, el cual no sabía ni cuál era, me hace diversas preguntas sobre el motivo de mi mudanza, y otras más banales sobre gustos y preferencias. 

Una vez que ha aparcado en pleno centro de la ciudad me toma de la mano para andar más rápido entre el bullicio de la capital dirección al lugar donde tendría lugar nuestra cena.                 El sitio me impresiona, es un local nuevo muy moderno, de estilo "Tumblr". Había reservado en una mesa lejos de miradas indiscretas.

-Bueno, ¿tengo buen gusto o no? -me pregunta con su sonrisa socarrona. 

-No está mal, aunque he ido a sitios peores. -contesto haciéndome la dura a pesar de que el sitio me fascina. 

-Claro, se me había olvidado que la niña de papá estará acostumbrada a lujosos restaurantes de siete tenedores. 

-Lo máximo son cinco.

-Pensaba que para ti habrían ampliado la escala -dice guiñándome un ojo haciendo que me percate de que estaba bromeando y que yo he picado de lleno.

-No sé por qué no estás en el club de la comedia. Y no soy la niña de papá. 

-Solo hace falta ver el apartamento donde vives, tu ropa y tus maneras para darse cuenta que comida en el plato no te falta y que probablemente seas el ojo derecho de tu papá. 

-Noto algo de... ¿resquemor? 

Brais se ríe y me dice que mire qué quiero cenar. Ese comentario me hace quedarme pensativa un rato.

Tras ponernos los platos empezamos a hablar de miles de temas diferentes, tanto de actualidad como de opinión e incluso empezamos a hablar de cosas que nos aficionan en secreto.

-La verdad que soy una gran fan de Pokémon y One Piece -admito con vergüenza.

-¿Cómo? Y yo te veía como "Team Barbie"-comenta el pelirrojo riéndose a carcajadas. 

Al ver mi expresión confundida y mi cara roja dice: 

-A mi también me encantan y me alegro que hayas compartido eso conmigo. A las tías a veces os miran muy raro por esas cosas y demuestra coraje que tú lo compartas.

-A las tías nos miran raro cada vez que no respiramos como se espera. -resoplo.

Se ve que eso también le resulta gracioso porque el chico se ríe. 

-Totalmente de acuerdo. -y me acerca el vaso para brindar.

-¿Por qué brindamos? - pregunto levantando el vaso.

-Por el inicio.


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