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No espere a que saliera el sol para arreglarme, no podía darme ese lujo. Así que apenas sonó la alarma me levante, tome una ducha con agua caliente y al salir me coloque un vestido beige con un bléiser negro y unos tacones a juego. Me peine el pelo hacia atrás, me coloque un cintillo y me maquille de manera sencilla como siempre. Además aproveche para comerme un par de tostadas antes de salir y tomarme un vaso de jugo de naranja.

Aún era temprano así que pase por el Royal antes de ir al edificio Wells. Y a pesar de que Fran seguía igual, me alegraba haberlo visto.

Lo que no me esperaba o mejor dicho no había pensado, era en el estúpido tráfico que por más que esquive y acelere no pude llegar a tiempo. No me arrepentía de haber ido a ver a Francisco, pero ahora tenía que pensar en la manera de conservar esta oportunidad.

Emma y yo estuvimos esperando un año entero por esto; desde que salimos de la universidad para ser precisa. Nuestro gran sueño era montar una galería y como no teníamos los fondos suficientes, y ninguna quería utilizar el dinero de nuestros padres, ni el poder de nuestros apellidos, decidimos buscar algunas empresas que financiaran nuestro proyecto.

Realmente la llamada de ayer callo como del cielo.

Cuando entre en el estacionamiento del edificio, hice todo tan rápido como pude. Corrí al ascensor, marque el último piso y no deje que los nervios me consumieran cuando el ascensor se detuvo.

Había una sala de espera del lado derecho del piso y en el centro estaba el escritorio de la secretaria del Señor Wells, quien supongo yo fue la mujer que me llamo ayer. Me acerque a ella y tuve que aclararme la garganta para llamar su atención debido a que estaba distraída con algunos papeles.

-Buenos días soy April Tanner, tengo una reunión con el Señor Wells.- dije en el momento en que alzo la mirada.

-Su reunión era hace veinte minutos.- repuso en un tono cortante.

-Lo sé, lo sé y no sabes lo importante que es para mí que esa reunión se dé.- le rogué dispuesta a soltar una lagrima si no la convencía.

-¿Y?- pregunto con indiferencia.

-Y... bueno, podrías consultar con el Señor Wells si puede atenderme ahorita, mañana, dentro de semanas o meses.- le pedí.

Agarro el teléfono con fastidió y marco el número uno.

-Lamento interrumpirlo Señor, pero la Señorita Tanner llego.- la secretaría asintió un par de veces y luego colgó-. El Señor Wells la atenderá, cuando acabe con la reunión en la que esta, por favor tome asiento.-dijo señalando los sofá que estaban del lado derecho.

Solté un suspiro de alivio y fui a sentarme en el sofá para esperar pacientemente, después de todo él acepto atenderme, a pesar de mi retraso.

Aunque no me imagine que se tardaría tanto, al cabo de una hora mi paciencia se agotó, ya no sabía cómo sentarme en el sofá y el Instagram no me estaba entreteniendo, cuando finalmente la puerta se abrió, casi me tiro en el suelo para darle las gracias a Dios.

Solo que la intriga me gano al ver a la mujer que salió de la oficina. Era alta, con un cuerpo excelente, tenía los senos operados, sus ojos era verdes y tenía el pelo algo desordenado, claro que su sonrisa me indicaba que la paso bien. De seguro el Señor Wells era uno de esos cuarentones libidinosos.

-Señorita Tanner puede pasar.- me indico la secretaria.

Asentí y fui hasta la gran puerta, toque tres veces y oí que alguien dijo «Pase» con una voz extrañamente agradable. Entre con timidez y cerré la puerta detrás de mí; saben esta parte no sé cómo explicarla, mi corazón dio un vuelco, sentí mariposas en el estómago o algo parecido a esas dos cosas. No fue amor a primera vista... pero en cuanto mis ojos se encontraron con los de él, me puse nerviosa. Eran de un azul raramente intimidante, aunque todo en él era intimidante...lo que quiero decir es que el hombre que tenía frente a mí era rubio, elegante, tenía un cuerpo que a simple vista se veía bien y unos labios perfectos, ¡ah! Y de seguro no era un cuarentón. Ahora entiendo perfectamente la sonrisa de aquella mujer. Pero la postura que tenía y lo que transmitía con la mirada daba miedo.

-Ahora sé que la puntualidad no es su fuerte Señorita Tanner.- comento sin apartar la mirada de mí.

Al parecer no era la única que estaba haciendo un escáner con la mirada.

-Lo siento.- me disculpe sin poner escusas.

-Tome asiento.- me pidió al señalar la silla que estaba delante de él.

-Claro.- conteste al reaccionar.

-Bueno, vallamos al grano.- puso unas carpetas delante de mí y cambio su expresión, a una más seria y profesional-. A mi empresa le interesa el proyecto de su galería, ya que les daría a los futuros artistas la oportunidad de brillar, y eso garantiza una buena reputación para nosotros, además de que nos gustó el concepto de mostrar los diferentes tipos de artes.

-Me alegra escuchar eso.- dije con alivio.

-En fin, ya mande a redactar su contrato, lo único que falta es su firma y en una semana comenzara la construcción de la galería, en uno de nuestras propiedades.- abrió una de las carpetas y me tendió un bolígrafo.

Tome el bolígrafo y me detuve al leer el contrato, después de todo si algo me enseño mi padre es que nunca se debía tomar un contrato a la ligera. Cuando me asegure de que todo estuviera en orden firme.

-Entonces, somos socios.- dije cerrando la carpeta.

-Por supuesto April.- la forma en la que dijo mi nombre me causo escalofríos-. Pero aun quiero que veas algo.- miro con fijeza la segunda carpeta, así que supuse que quería que la leyera.

La abría sin darle importancia porque pensé que era algún permiso o algo así, pero en cuanto lo leí no supe que pensar o hacer.

-Es algún tipo de broma.- solté un bufido con incredulidad.

Básicamente este documento decía que Ethan Wells ayudo a la empresa de mi padre, cuando fueron víctimas de una estafa y a cambio él me prometió en matrimonio, sin embargo esto se anulaba si Ethan se casaba antes de que yo cumpliera veinte años. Cosa que no paso y ahora yo tenía veinte.

-No mi querida April.- respondió serio-. Legalmente me perteneces.

Lamentablemente era cierto, mi padre había firmado, sellado y colocado su huella en donde debía y ni siquiera había falla o alguna fuga en el contrato.

-Pues déjame decirte, que estas muy equivocado.- mi voz sonaba serena, pero una cosa más y explotaba-. No pienso casarme contigo.

-Uno, como dije antes me perteneces y dos si no accedes por las buenas, romperé el trato de la galería y le quitare a tu padre la empresa... así que tú decides.

Lo mire fijamente a los ojos y apreté las manos, me estaba acorralando, ¿Cómo demonios termine metida en esto?

-Voy a hablar con mis padres.- dije agarrando el contrato.

-Tranquila puedes tomarte tu tiempo.- se levantó cuando yo lo hice y me sonrío-. Nos vemos esta noche.

No pude evitar mirarlo con odio, me sentía demasiado frustrada y dolida, ¿en qué pensó mi padre cuando firmo esto? Y ¿Qué hice yo para merecer esto?

No conteste y abrí la puerta. Sí abría la boca todo terminaría peor

-Feliz cumpleaños Amore.- dijo antes de que cerrara la puerta.

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⏰ Poslední aktualizace: Aug 17, 2017 ⏰

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