No pude contestar más preguntas, ya que el auto vino por nosotros. Jimin me ayudo a cargar mi maleta y mi bolso. Todos ingresamos y yo despues de no haber dormido dos días, me quede dormida en el auto, abrazando mi mochila, recostada sobre el hombro de JiMin y recordando a mi padre...
***
Al llegar, me mostraron mi dormitorio. JiMin me ayudo con mis cosas.
—Muchas gracias...— este dejo mi bolso y se fue donde su padre.
—Cumplí, padre.
—Muchas gracias Jimin, por traerla a salvo.
—De nada, adiós Mercy.
—Nos vemos después.
—¿Tiene alguna otra duda señorita Kim?
—Por el momento ninguna. Y le agradezco por el lugar es muy hermoso...
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—Hay una bicicleta, para que pueda movilizarse hacia la preparatoria.
—Muchísimas gracias. Hare mi mejor esfuerzo.
—Perfecto, descanse bien esta noche que mañana empieza una nueva semana.
—Claro...
***
Puse mi despertador a las seis de la mañana. Luego de bañarme, cambiarme, secarme el pelo y comer algo, tome la bicicleta y salí de mi nueva casa. Rumbo hacia mi nuevo trabajo...
Ni bien llegue a los minutos, vino una jovencita.
—¿Qué paso? — le pregunte a su compañera.
—Tiene nauseas.
—¿Alergica a algun medicamento? — le pregunte a la paciente.
—Ninguno...
—Vale.
Busque unas pastillas y se las di junto con un vaso de agua.
—Tomate esas y recuéstate en la camilla, deben de mejorarte dentro de una media hora.
—Claro. — ella obedecio.
Su compañera se fue a su clase y dejo a aquella chica reposar. Empece a revisar a mi alrededor y note que habían unas hojas en blanco sobre mi escritorio, al leerlas, eran reportes de los pacientes.
—Bueno, ¿te sientes mejor?
—Algo...
—A ver...— toque su mano y estaba algo fría. —¿Por casualidad te ha venido tu periodo?
—Sí...
—Ya veo. —busque una compresa de calor y lei las instrucciones. —Por mientras te cubriré con esta manta, ire a calentar esto para que lo pongas donde sientes los cólicos.
—Vale...
—Ahora vuelvo. — salí de la enfermria y ni bien voltee en un pasillo vi salir a aquel chico, Seok Jin. Y al notar que su mirada se poso en mi, debía de dar media vuelta. —Voltea Mercy, voltea...— me susurre a mi misma, pero cuando voltee por el otro pasillo ese joven ya se encontraba enfrente de mi.
—¿Planeas escapar de un vampiro? Tonta...
—Estoy ocupada, permiso...
—Niña tonta, no creas que te libraras tan fácil de mi.
—Cargo conmigo un gas de ajo, asi que no me obligues a usarlo, joven Kim.
