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Hola readers bellos... ¡Paul tendrá su p.o.v! Conoceremos al personaje que aparecerá en este capítulo. Espero que les guste y disfruten de él.
Leeré sus comentarios, (si desean dejarlos) De salirme bien ésta parte, trataré de darle un espacio a Paul cada que se dé una oportunidad. Como siempre, agradezco que lean mi historia. A continuación... CAPÍTULO VEINTICINCO.

***

El sonido incesante del timbre ocasionó que abriera los ojos, dormía con suma tranquilidad, luego del accidente me fue difícil hacerlo, sobre todo por el dolor punzante en mi cuello toda la noche. Me dedico a observar por segundos a la chica que luce cómoda y angelical dormida en mi pecho. Phoebe es sin duda una chica muy hermosa. Se remueve perezosa y abre sus brillantes ojos grises.

—Paul, creo que llaman en la puerta. Iré a abrir.

—No, que la tiren si quieren. Estoy muy cómodo aquí, siendo totalmente sincero, como nunca antes. —La aprieto un poco más entre mis brazos, eso sólo provoca un gruñido que emerge de mi garganta, me duele un poco la espalda.

—Tonto, no hagas eso. Vas a lastimarte. —Se separa de mí arreglando su cabello. —Iré a abrir.

—No me abandones, no me dejes solo. —Me pongo dramático. Ella muestra su hermosa sonrisa negando con la cabeza.

Se coloca los zapatos y sale de la habitación. Mi adaptación a Seattle ha sido posible en su mayoría por esta chica loca, los gustos literarios de mi jerezana favorita y prima más querida, Luz y sus gustos literarios me han llevado a esto. Ella es obsesiva con los libros y siempre busca alguno nuevo para comprarlo, me parecía una locura seguirle el juego, pero justo en la visita a España he conocido el libro de Phoebe, Luz me contaba sobre él, pero yo me dediqué a analizar a la linda chica que aparecía en un pequeño recuadro de la contraportada, decidí darle una oportunidad y leer. Mi padre dijo que viajaríamos a Seattle, y la jerezana no perdió la oportunidad de pedirme su autógrafo —Cosa que aún no le consigo y va a matarme— Phoebe ha firmado el libro para mí. Aunque en nombre de nuestra buena amistad, podría hacerle una dedicatoria especial a la chica.

Desde que he llegado, me dediqué a buscarle, ni siquiera me interesé demasiado en los negocios, no eran asunto mío. Aunque ahora agradezco como nunca la asignación de tal, aún es poco tiempo para conocernos bien, pero creo que ambos tenemos suficiente información del otro.

En la puerta de la habitación aparece la chica de ojos grises con Picky en brazos, ¡Demonios! Olvidé pasar por él con todo esto del accidente y mi salida de emergencia por la mañana. Simplemente silbo y se tira de los brazos de la chica para correr y subirse a la cama.

—Dijo la chica que le ha traído que no quiso comer nada, y que vendrá a realizar una visita para ver cómo sigues. —Noto algo de molestia en su forma de hablar. — ¿Dónde puedo conseguirle croquetas o lo que sea que le des de comer?

—Espera, iré a buscarle yo. —Trueno los dedos y de inmediato Picky se lanza al suelo sin dejar de mover su cola, salgo de la cama.

Los dos caminamos por el pasillo, con el cachorro rondándonos por las piernas, está feliz por verme y tener compañía. Del estante saco el bote donde guardo las croquetas y las dejo caer en su taza, tan pronto como las escucha caer se prende de la comida.

— ¿Algo más que haya dicho, Magdalé?

—Ese es el nombre de la rubia. —Murmura para sí, pero logro escucharle. —Que si le necesitabas, sabes donde encontrarle.

— ¿Por qué siento que estás molesta?

—Porque lo estoy. —Dice con obviedad.

— ¿Celosa de mi bonita vecina, Phoebe Grey?

LA HIJA DE GREY (ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora