II.II

4.5K 165 160
                                    

II.II ENTRAN EL REY, LA REINA, ROSENCRANTZ, GUIL­DENSTERN Y OTROS.


REY

Bienvenidos, Rosencrantz y Guildenstern.

Además de lo mucho que ansiábamos veros,

os mandamos llamar a toda prisa

porque os necesitábamos. Habéis oído hablar

de la transformación de Hamlet: la llamo así

puesto que no parece el mismo,

ni por fuera ni por dentro. Qué pueda ser,

si no es la muerte de su padre,

lo que le tiene tan fuera de sí,

no acierto a imaginarlo. Os ruego a los dos

que, habiéndoos criado con él desde la infancia

y conociendo tan de cerca su carácter,

accedáis a quedaros en la corte

por un tiempo, de modo que vuestra compañía

le aporte distracción y permita averiguar,

mediando ocasiones favorables,

si algo ignorado le perturba

que, descubierto, podamos remediar.

REINA

Caballeros, él ha hablado mucho de vosotros

y me consta que no hay dos en todo el mundo

a quien tenga más afecto. Si os complace

mostrar la cortesía y gentileza

de pasar algún tiempo con nosotros

en ayuda y cumplimiento de nuestra esperanza,

vuestra visita recibirá la gratitud

que a la real largueza corresponde.

ROSENCRANTZ

El poder soberano de Vuestras Majestades

puede hacernos cumplir vuestros augustos deseos

sin tener que suplicarnos.

GUILDENSTERN

Con todo, obedecemos

y nos brindamos con toda nuestra entrega,

poniendo a vuestros pies nuestros servicios

y aguardando vuestras órdenes.

REY

Gracias, Rosencrantz y noble Guildenstern.

REINA

Gracias, Guildenstern y noble Rosencrantz.

Os suplico que al instante visitéis

a mi hijo, ahora tan cambiado. ‑ Que uno de vosotros

lleve a estos señores donde esté Hamlet.

GUILDENSTERN

¡Quiera Dios que nuestra presencia y nuestro esfuerzo

le sirvan de alivio y ayuda!

REINA

Así sea.

Salen ROSENCRANTZ y GUILDENSTERN [con un criado].

HAMLETWhere stories live. Discover now