002| Pequeña

1.2K 54 7
                                    

Catorce días, catorce días son exactamente los que tengo que aguantar aquí encerrada. Sin internet, sin móvil y rodeada de olor a hormonas.

Anoche apenas pude dormir, mi uno setenta no era compatible con el tamaño de mi saco.

También llegué a pensar que realmente aquello era el infierno, y no por el injustificable odio que le tenía al campamento en si, si no por el calor que hacía, parecía que un volcán había entrado en erupción justo al lado de la ventana. Y hablando de ventanas, a Lauren se le ocurrió que era buena idea abrirla para que entrase "aire fresco" sin embargo lo único que cruzó por esa  vidriera fueron mosquitos, cientos de ellos, o eso imagino yo porque tengo picaduras en zonas en las que no sabía que podían llegar.

Malditos mosquitos pervertidos.

Suena música de fondo, entiendo que es hora de despertarse, aunque realmente yo nunca me llegué a dormir.

Me calzo unas zapatillas y sin molestarme a ponerme ropa decente camino hasta el baño. Lauren estaba dormida y si cuando vuelva sigue igual pienso despertarla con un cubo de agua fría, será como mi pequeña venganza por meterme en aquella cárcel para adolescentes.

Mierda, ¿cómo puede oler tan mal? No llevamos ni veinticuatro horas.

Torpemente abro el grifo y me lavo la cara con agua fría, en cuanto a mi pelo tan solo paso las manos para deshacerme los nudos. Creedme peinarlo no es una buena idea, a menos que sea carnavales y vaya disfrazada de leona.

Me dirijo a la habitación cuando me choco contra un cuerpo, rezo para que no sea Logan ni ninguno de sus machitos orgullosos.

Dios escuchó mis suplicas.

Frente a mí se encontraba Alan, con sus preciosos ojos verdes analizándome curiosos.

- Lo.. Lo siento...- Tartamudeé.

- No te preocupes pequeña.

¿Pequeña? Odio cuando alguien me llama así. Tengo diecisiete años no soy ninguna "pequeña". Aunque debo decir que dicho por él suena bastante sexy.

- Bueno, debo irme - Dice rascándose la parte posterior de la cabeza. - No te recomiendo llegar tarde, de lo contrario solo podrás desayunar el cartón de los cereales.

- De acuerdo, gracias.- Digo sin apartar la mirada de él.

- Vale... Entonces me iré. - Repitió el mismo gesto.

Fue esa segunda vez cuando pude percibir  en sus brazos una fecha. No alcancé a ver cuál era puesto que el tatuaje era pequeño. La verdad es que resaltaba bastante ya que en los brazos no tenía tatuajes, o eso creía.

Cuando llegué a la habitación Zoe y Lauren ya se habían vestido así que sin tan siquiera saludarlas hurgué en mí maleta hasta encontrar unos leggins y una sudadera, me puse mis converse y antes de salir miré mi reloj, las ocho y media.

¡Oh! Santa almohada ¿podrás perdonarme esta traición?

Salí sin desearle los buenos días a nadie. Realmente por las mañanas no quiero aguantar a nadie, ni quiero que nadie me aguante a mi.

- ¡Buenos días!- Dijo escandalosamente Logan rodeándome los hombros con su musculoso brazo.

¿Era yo o realmente pesaba?

- Te ves preciosa por las mañanas.- Me quedé en silencio- ¿No me vas a decir que yo también?

- No, pero te diré que deberías lavarte la boca al despertar.

¡Prohibida la habitación 12! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora