Citas, hermanos y problemas

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-Vas a salir, Ferb?

-Tengo una cita.

-Es sábado

-Tengo una cita Phineas... Podrías visitar a Isabella, digo si ella no viene tú podrías ir, dijo Ferb.

-No la voy a buscar Ferb, si ella prefiere estar con Antonio a mi no importa, soltó Phineas.

-Deberían hablar, sinceramente ya me tienen harto. Admite que te gusta y ya. 

-Eres mi hermano o mi enemigo?

-Soy un hombre sincero.

-Ándate, dijo Phineas lanzando una almohada hacia Ferb, quien ya iba saliendo de la habitación que comparte con su hermano. 

Ferb suspiró,  desde que el pelirrojo y la morocha dejaron de hablarse a élle tocaba escuchar como se quejaban uno del otro. Isabella se sentía herida por las palabras que le había Phineas después del baile, Phineas se sentía traicionado por ver que su "mejor amiga" hablaba con el chico que le caía mal. Aunque, según Ferb, lo que Phineas sentía eran celos porque Isabella ya no pasaba tanto tiempo con él.  

Dejó de pensar en ello cuando vio que en la entrada de su casa se hallaba estacionado el auto de Vanessa.

-Parece que hoy conduce ella, rió Ferb. "Cada día se ve más hermosa" pensó 

-Vas a rezar Fletcher?, te ves muy asustado. Vanessa Doofenshmirtz saludó a Ferb con un beso en la mejilla. Nessa notó enseguida que el peliverde se sonrojaba tras el pequeño beso y sonrió. "Él es adorable cuando se sonroja" , pensó al verlo.

-No tengo miedo de ti, apuesto a que conduces como una abuelita. Enseguida se calló. La mirada de Vanessa delataba que había aceptado el reto que estúpidamente dejo escapar de su boca. -Vanessa, tú sabes que era una broma, no debes tomármelo en serio.

-Demasiado tarde, es hora de mostrarte como conduce una profesional, sonrió malévolamente.

Una hora después, Ferb bajó del auto de Vanessa. Estaba pálido, casi con ganas de vomitar. Vanessa reía como loca, le encantaba asustar a Ferb. Cuando notó que él se alejaba, se bajó para seguirle.

-Ferb , ven acá... No me dejes hablando sola, gritó al ver que el muchacho no volteaba. 

Lo perdió de vista durante un minuto, cuando fue consciente de lo que pasaba Ferb la tenía acorralada contra la pared de un kiosko de la feria. Su boca estaba muy cerca de su nariz, desde aquella posición podía oler su perfume. Sentía que esta vez Ferb le iba a dar un beso, pero al verla cerrar los ojos soltó una risita y le dijo

-Conduces como una loca.

Vanessa abrió los ojos y rió. El muchacho peliverde le ofreció su mano para guiarla a su juego favorito. Toda la tarde pasaron visitando los juegos y platicando sobre la vida, reían como locos o cantaban a viva voz cuando escuchaban una canción que les gustara a ambos. Al final de la tarde Vanessa dejó que Ferb conduciera su auto. Mientras conducían se formó un silencio sepulcral, parecía que todo lo anteriormente vivido se había esfumado dando paso a la incomodidad. A Ferb le gustaba realmente Vanessa, la tarde había sido maravillosa pero sentía que faltaba algo para hacerla perfecta. Quería hablarle de algo, aunque lo que dijo no fuese lo que él esperaba decir.

-Vanessa yo te gusto?

-Qué 

-Que si te gusto, como hombre, no como amigo.

-Por qué me preguntas eso, Ferb?. Tonta, no debiste decirle eso

-Porque tú me gustas....Y mucho. "La vas a asustar Ferb, que listo de tu parte",  dijo su voz mental con un tono sarcástico. 

Ferbnessa: La bibliotecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora