[09]

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Ian 

Hay muchas cosas que se me daban mal, cómo por ejemplo tomar decisiones.

Envidiaba a mi hermano Lip por muchas cosas aparte de su inteligencia, lo envidiaba por su rapidez al tomar decisiones. No se lo pensaba, él quería una cosa y al segundo la tenía. Lo único malo que podía llegar a ver saliendo de esto es que luego si no salía bien el suceso las consecuencias eran muy grandes, un claro ejemplo su relación con la profesora de su universidad.

Tras una semana y media investigando sobre la anorexia había descubierto que Mandy no la sufría ni de lejos. A simple vista podía ver nada más poniendo en el buscador "Anorexia". Me había dado cuenta que la anorexia no era algo del cuerpo como en un primer momento pensaba, era algo mental y muy jodido. Quería reunirme con los dos Milkovich a la vez y aclarar todo, era el primero que me ofrecía a ayudarles si me contaban la verdad y no tanta mentira como estaban acostumbrados a hacer, el problema era que no sabía a quien marcar; Los dos, sin lugar a duda, enfadados daban mucho miedo. Cabía la posibilidad de que Mandy no me lo cogiera, bueno más que caber la posibilidad era lo más probable. Tras su teatro de mejor amiga indignada tenía que seguir haciendo el papel.

(...)

—Serán diez dólares, Gallagher —habló el dependiente de la tienda que me estaba imprimiendo los documentos sobre todo lo que me había informado. Perfectamente se lo podía enseñar a Mandy y Mickey desde el móvil y tendría el mismo valor pero de esta manera quedaba más formal. 

—Tenga —le di el dinero justo en centavos, la cara del dependiente, llamado Robert según su chapa en la camisa, mostraba que no le hacía ninguna gracia que no le hubiese dado directamente un billete, billete que para variar no tenía, pero a mi tampoco me hacía gracia ser pobre y aquí estaba. Nadie era feliz Robert, se siente.

—Ochenta... noventa... y Cien. Aquí tienes tus malditas fotocopias—. Masculló y me las paso de muy mala gana estampándomelas en el pecho después de haber estado aproximadamente diez minutos contando centavos para asegurarse de que no le estaba estafando.

(...)

"¿Seria posible reunirme en el bar de Kev con tu hermana y contigo?"

-Visto✅

Mi decisión final fue hablarle directamente a Mickey, desde la borrachera y los mensajes de "broma" acerca de los post-it nos hablábamos una o dos veces a la semana, la mayoría de veces eran para puras idioteces y las conversaciones las solía empezar yo. Mickey para variar no solía seguirme el hilo de la conversación además me dejaba en visto algunas veces, por no decir la mayoría. A simple vista podía verse tóxico, hasta yo lo admitía, pero después de saber como estaba de pendiente Mickey cuando éramos pareja tras enterarse de mi bipolaridad sabía que era de todo menos tóxico.

-"No tengo ni puta idea de si mi hermana quiere, pero en un bar es imposible que pueda ¿Eres tonto? Me arrestan otra vez, joder. A las nueve en tu casa"

-Recibido✅

Daba gracias porque mi casa siguiera estando vacía a estas horas, aunque mi familia no les guardará rencor a los Milkovich no me sentía cómodo con alguien alrededor escuchando conversaciones tan privadas.

(...)

Me desperté de golpe de la siesta que estaba acostumbrado a darme, estas siestas que efectivamente acababan muy tarde, con los golpes fuertes y rudos de la puerta.

¿Hacía falta decir que eran los Milkovich?

Nosotros ni de lejos teníamos la puerta abierta como la tenían ellos en su casa. Lo único que nos faltaba eran que nos robaran lo poco que teníamos, posiblemente a nuestra familia nos tenían un cuarto de miedo y respeto de la que le tenía el barrio a ellos. Sin querer hacerlos esperar corrí a la puerta para abrirles ,yo no iba a ser la típica persona que se esperaba un rato en la puerta para ocultar su impaciencia, yo estaba lo suficiente impaciente como para ocultarlo sin que lo notará una persona con la que había compartido de todo, desde experiencias hasta colchón.

Al abrir la puerta vi en línea a los Milkovich, si, a los dos Milkovich. Me costaba ocultar la sonrisa al verlos a los dos con la misma expresión de impaciencia y molestia aunque solo hubiera tardado un minuto en abrir, por no decir que al medir lo mismo, ya que ninguno de los dos era precisamente alto, parecían dos gemelos a los que les habían quitado una gominola, solo les faltaba parecerse un poco más.

—Aquí hace un frío que te cagas, déjanos pasar Gallagher —Mickey se hizo un hueco por debajo de mi brazo para entrar seguido de Mandy, aunque esta espero a que retirara el brazo bastante incómoda.

Como Pedro por su casa, Mickey se quitó la chaqueta y agarró una cerveza que seguramente Frank había dejado en cualquier parte de la casa. Mandy simplemente se sentó, parecía que no había estado en su vida en esta casa cuando había estado incluso viviendo y paseándose con el culo al aire por todos los sitios y delante de todos.

—¿Para que nos querías? —Mickey Habló y se sentó al lado de Mandy, a ella parecía que le habían cortado las cuerdas vocales o que era muda.

Como no sabía que decir, directamente me saque las hojas que tenía muy arrugadas y dobladas metidas en el bolsillo de mi vieja chaqueta.

La primera en leerlo fue Mandy que intentó disimular muy mal que no le había afectado, Mickey miró a Mandy con una mirada que a mi parecer quería decir "Léelo en voz alta" pero ella simplemente le pasó los papeles abiertos de par en par para que lo leyera con sus propios ojos. Mickey al leer murmuraba una que otra palabra, lo que quería decir que estaba muy concentrado, al caer en que significaba todo bajo los papeles de su rostro y me miró fijamente.

—Se supone que quieras que te diga algo como ¿Nos has pillado? —dijo con un tono que me sonó a sarcasmo, bueno, efectivamente era sarcasmo.

—Solo quiero saber el por qué, nada más —me arranqué las pieles alrededor de las uñas con la mirada baja, intimidado por su voz.  

—Estoy harto de estar en la cárcel por un puto delito de mierda que ni siquiera cometí yo ¿Sabes la de violadores y asesinos que están fuera de la cárcel? ¿Se supone que yo tengo que pagar tantos años por una mierda tan pequeña como el intento de tortura de tu hermanastra?—sonaba muy Indignado, era verdad todo lo que decía, no recordaba la labia que a veces llegaba a tener Mickey—. Encima ni siquiera fue idea mía, fue de tu hermana pequeña y no la veo en ningún puto centro de menores.

—Está embarazada —aunque Debbie no hizo lo correcto, como hermano me saltaba la actitud  automática de defenderla.

—Delante de la ley yo también tengo un hijo.

—La diferencia es que a ti Svetlana no os ha abandonado, el niño la tiene a ella, pero a mi hermana el padre del niño si que lo ha hecho—. Mickey ya lo sabía se calló por respeto a mi y a Debbie.

—¿Entonces intuyes por que hemos hecho la farsa de la anorexia de Mandy no?

No la intuía, ya lo sabía así que simplemente asentí, tenía muchas ganas de decirle que con el tema de trastornos no se juega pero al ponerme en su piel no se me habría ocurrido otra cuartada mejor para darle pena al juez y jueza cuando pillen a Mickey, porque aunque me causaba pena solo pensarlo, sabía que algún día lo iban a pillar.



Acéptalo;GallavichWhere stories live. Discover now