8. Pasado Culposo

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El tiempo cura las heridas...

Al parecer aquella vieja frase era certera, y no solo se refería a heridas sentimentales, sino también a heridas físicas.

Seis semanas de cuidados fueron suficientes para que Anya pudiese recuperarse al fin de todos sus padecimientos, al menos los de su cuerpo, pues los de la mente permanecían y dudaba que algún día llegasen a marcharse. Cada noche era atormentada por pesadillas en las que se veía como Inna Bogdánova, seduciendo a Igor, siendo su principal seguidora y el testigo de todas sus atrocidades... se veía siendo parte de éstas y apoyándolas, siendo el monstruo que Igor estaba creando de ella. Se odiaba a sí misma en sus sueños, y también cuando despertaba, porque sabía que de cierta manera, fue esa mujer durante un tiempo, fue la que solapó todo ello en busca de una venganza que ahora se daba cuenta de que jamás iba a llegar...

De repente pensaba que jamás volvería a ver a Igor, y que eso parecía lo mejor ahora. Durante años se obsesionó con él y en acabarlo, pero ahora... eso parecía lo menos importante.

Al residir semanas junto a los Vengadores y al ver su accionar por el mundo, no evitaba sentirse peor por lo que había sido hasta que los conoció, ellos no actuaban por absurdas y enfermizas venganzas, sino que actuaban por la justicia, por que el mundo fuese un sitio más seguro. Los veía constantemente partir a misiones y cada que eso pasaba, recordaba las añoranzas que tuvo de niña, las que la tenían deseosa de usar sus habilidades en pro de lo que era bueno, recordó la niña temerosa que había sido, la niña que quería más y odiaba la crueldad de quienes la hicieron.

En ocasiones les pedía a los Vengadores acompañarlos, pero ellos la obligaban a quedarse, con la intención de cuidar de su salud. Entonces tenía que resignarse a permanecer en la torre, a veces sola y en otras ocasiones con la compañía de Pepper, la cual halló demasiado placentera, pues Pepper Potts era una mujer genial.

Intentaba aprovechar lo que había ante ella, pero se hallaba un poco inexperta, consultando a FRIDAY ante cualquier cuestión que no entendía. Por fin comenzó a ver más allá de su burbuja, y a notar que siempre existían cosas más importantes.

Poco a poco, Anya se fue desinhibiendo, y encontró bastante amena la compañía de los Vengadores con todo y lo complicados que llegaban a ser unos más que otros.

Se quitó los prejuicios con los que había llegado y conoció cada una de sus historias y cómo fue que se integraron como un equipo. Cada una de esas historias diferentes e interesantes.

Interrogaba a todos, especialmente a Vision intentando no llegar a ser impertinente hasta cierto punto, y es que jamás había tenido a un androide frente a ella y era claro que le parecería demasiado curioso y fascinante.

Descubrió una parte de ella que creyó que ya no encontraría: la de la curiosidad; ante las pláticas con todos no se daba abasto con las preguntas sobre sus habilidades, técnicas de batalla y de más, pero también intentaba conservar una faceta firme y madura, intentaba no dejar mostrar más allá de ella, pues no le gustaba sentirse como un libro abierto, no le gustaba ser descifrable y más con todo lo que había sucedido, mucho menos le gustaba mostrarse con facetas débiles y necesitadas, sino que ella deseaba darles a todos la imagen de una mujer fuerte.

Tomaba su distancia de Wanda desde que se enteró de que podía leer mentes, tenía cierto miedo a que leyese su pasado y la delatara. Era algo que no debía interesarle, pero que lo hacía, puesto que no sabía lo que todos pensarían de ella al enterarse de su pasado oscuro.

Fuera de la chica de habilidades mentales, Anya conversaba con la mayoría. Jamás había tenido amigos, ahora parecía que los estaba teniendo y además las cosas con Natasha iban bastante bien, tenían pequeñas discusiones de vez en cuando, respecto a temáticas bastante absurdas, pero éstas no lograban cambiar que ambas se sintiesen felices por tenerse de vuelta.

Anya [•Steve Rogers•]Where stories live. Discover now