XIX

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La noche.

...

- Erick - escuché que susurró y después movimientos bruscos en la cama, no había captado hasta que escuche un sonido sordo, me levante con rapidez y me puse de cuclillas a Christopher - Erick - volvió a decir.

- Chris, Chris aquí estoy - dije agarrando su mano, su fuerza demostraba el dolor que sentía.

- Erick me duele - dijo con los ojos cerrados.

- Voy a llamar a una ambulancia - avisé, pero apretó mas el agarré de su mano.

- No me dejes - me pidió desesperado.

- Tengo que ir por el teléfono volveré - le dije, me soltó y corrí por el teléfono, marque el número de la ambulancia con la voz entrecortada, mis manos temblaban, no me ayudaban para nada.

- ¡Erick! - gritó - ¡Te necesito! - siguió y volví con él.

- Aquí estoy - le avise arrodillándome a su lado - Aquí estoy.

[…]

- Ya no podrá soportar... - decía el doctor, pero yo ya no lo escuchaba, sabía que esto pasaría, pero aún no lo había aceptado.

- ¿Puedo pasar? - preguntó interrumpiendo la explicación del doctor, quien asintió, no perdí mas tiempo y entre al cuarto donde se encontraba Christopher, más pálido de lo normal, en cuanto me vio una sonrisa apareció en sus labios - Me asustaste - le dije al llevar a su lado.

- Lo siento - se disculpo, yo le acaricie su mejilla - El susto me lo llevé yo - comentó y sabía que quería sacarme una sonrisa - En mi sueño me atacaron cincuenta ninjas, te querían robar y no lo permitía - dijo y empezó a toser.

- Que valiente es mi chico - le dije y Sonreí.

- Me sobre salte y caí de la cama, eso pasó - terminó de explicar con su tono orgulloso.

- Te amo - le dije acariciando sus labios, el cerró los ojos al tacto.

- Te amo - repitió dando un beso a mis dedos - Siempre te vigilaré, así que diviértete - comentó y una lágrima abandono sus ojos - Se que prometí no dejarte, y esto no estaba en mis planes - susurró con una sonrisa burlona y con algo de tristeza.

- Lo inesperado sorprende y esta vez, solo dolió - dije, ya no podría aguantar más mis lágrimas que se juntaban en mis ojos.

- Inesperado - repitió cerrando sus ojos - Si quieres algo de consuelo, o no quieres mas dolor, no veas en mi cajón del tocador - me advirtió.

- La curiosidad me gana - le dije y una lágrima rebelde resbala por mi mejilla.

- Lo se - susurró.

...

Lo peor son las despedidas, pero tu lo hiciste mas cómico.


¿Y ahora que? ||Chriserick||Where stories live. Discover now