Segunda parte.

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El concierto aun no comienza y ya me quiero ir, definitivamente este ambiente no fue hecho para mi, soy mas de quedarme en casa leyendo o viendo la televisión, eso claro, siempre y cuando no tenga guardia en el hospital.
Aunque con lo de mi enfermedad me vi en la obligación de renunciar a mi trabajo, ya saben, las consecuencias que conlleva tener cáncer.

Observo todo a mi alrededor viendo como hablan sin parar en espera de la banda que tocará esta noche. El concierto es de una banda local muy conocida en la ciudad, el vocalista es amigo de Charlie, y fue él quien la invito.

La verdad es que no entiendo que hago yo aquí, se que me dije la cosa de disfrutar lo poco que me queda de vida, pero no veo como disfrutar algo que nunca me ha gustado.

—Voy al baño —le digo a Charlie quien se encuentra hablando con uno de sus amigos.

Hago la pequeña fila para poder usar el baños, y me insulto mentalmente ante el hecho de no haberme comprado un celular cuando el ultimo que tenia se me dañó, ahorita estuviera jugando sudoku mientras espero mi turno para entrar al baño.

Cuando por fin logro entrar, humedezco mi rostro ya que me encuentro muy pálida. Pellizco mis mejillas para darle algo de color, y aplico pintura labial rosa natural, peino mi cabello, aunque es corto y no lleva mucho trabajo. Reviso que todo mi atuendo esté en orden, y salgo del baño. Prácticamente vine fue a pasar el rato viéndome en el espejo.

Cuando llego al lugar donde se encontraba mi hermana, ahora hay muchas personas junto a ella. Genial, fingir sonrisas para gente que ni conozco.

— ¡Eva! —me abraza Dominic cuando me ve, es una suerte que el no sepa nada de mi enfermedad, no quiero que mas personas sufran por mi culpa.

—Me estas asfixiando, pegoste —me quejo y lo empujo haciendo que el ría.
Una de las cosas que mas me gusta de Dominic es su sonrisa, desde que es amigo de Charlie siempre ha estado para nosotras, y siempre ha sabido sacarnos sonrisas en los momentos mas difíciles.

Espero que no sufra mucho con mi partida.

—Hola Eva ¿Que tal? —volteo hacia la voz que logro distinguir como la de Marcus y le sonrío.

—Hola Marcus —soy muy consciente de que no le respondí como estoy, al igual que mi hermana quien me da una pequeña sonrisa.

Muchos de los amigos de Charlotte los conozco, mi hermana es columnista en un periódico, en especifico en la sección de arte y espectáculo, es por eso que ella si encaja en todo este ambiente de fiesta y bochinche.
Observo a los amigos que no conozco y les sonrío por educación.

—Chicos, ella es Eva, mi hermana —levanto la mano como si dijera "presente".

—Es un placer conocerte Eva, soy Andrew —se presenta un chico rubio —. Ellos son Mike, Thomas, Laura, y Dexter.

—Un gusto conocerlos, chicos...

—Lamento la tardanza, estuve hasta tarde en el trabajo.

Me interrumpe un hombre llegando apurado y dejando sus cosas en uno de los puestos desocupados. Cuando se quita la chaqueta, observa a todos y sonríe.

—Chicos, él es Anzel, un amigo —presenta Andrew al recién llegado.

—Hola a todos —saluda dando un apretón de manos a los que nos encontramos en el pequeño centro.

Cuando llega mi turno, sonríe haciendo que sus ojos se arruguen un poco y mostrando sus muy blancos dientes. ¡Vaya! Que sonrisa tan perfecta.

—Soy Eva —me presento dándole un apretón a la mano que me extiende.

—Espero que no seas de esas que caen en la tentación —río ante su comentario haciendo referencia a la Eva de la biblia quien se dejo seducir por la serpiente y mordió la manzana.

—No, no soy de esas.

—Es bueno saberlo —me guiña un ojo para después soltar mi mano y sentarse junto a su amigo, dos sillas después de la mía.

— ¿A que hora sale la banda? Después de aquí tengo que ir a una fiesta —pregunta el que presentaron como Thomas.

—Por cierto ¿Como se llaman? Se que son conocidos o algo así, pero Drew nunca nos dijo el nombre —habla esta vez Laura.

—Se llaman Midnightresponde Charlie —. Imagino que saldrán dentro de poco.

— ¿Todos ustedes trabajan en el periódico? —pregunto, no reconociendo a ninguno como sus compañeros de trabajo.

—Yo no —dice Anzel levantando la mano, sonrío.

—Si, ellos trabajan conmigo, Eva —responde Charlie sonriéndome.

Para cuando sale la banda, todo es musica, gritos, vítores, y ya siento que mi cabeza estallará con el dolor de cabeza. No conozco ninguna de las canciones que están tocando, pero al parecer todos aquí presente si, ya que las corean junto al vocalista de la banda.

— ¡Voy por algo de tomar! —grito hacia mi hermana ya que el ruido de los instrumentos me prohíben hablar bien.

Ella siente con la cabeza, y sigue saltando junto a sus amigos.

Salgo del club donde se lleva acabo el concierto, y compro una botella de agua mineral de uno de los puestos que hay afuera.
Saco una pastilla y la tomo, sintiendo como el agua fría refresca mi cuerpo, ya que al ser un lugar cerrado, el calor es tremendo.

— ¿Dolor de cabeza? —me sobresalto ante la voz, y volteo a ver a quien sea que me está hablando. Me encuentro con Anzel sonriéndome con un cigarrillo en su mano.

—Si, no estoy acostumbrada a frecuentar estos lugares.

—Ya... —le da una calada al cigarrillo, y sin pensarlo hago una mueca de asco —. ¿No fumas?

—No me gustan las cosas que sé que pueden matarme.

Irónico, siempre estuve huyendo de todo aquello que fuera nocivo para la salud, ya que quería vivir por mucho tiempo y contar con una buena salud. Pero con lo que no contaba era que habían enfermedades que deterioran tu cuerpo mas que un cigarrillo o una bebida alcohólica.

Al estudiar medicina, creí saber que era bueno para mi salud y que no, pero nunca llegó a pasar por mi mente que me detectarían una enfermedad que acabaría con mi vida mas rápido que pestañear.

—Y una de ellas es el cigarro ¿Cierto? —asiento —. Muy bien —lo arroja al suelo y lo pisa.

—Buena elección.

—Siempre tomo buenas decisiones —sonríe y se acerca ya que nos encontrábamos a unos pasos de distancia.

—Me alegro...

— ¿Nos vamos de aquí? Tampoco me gustan mucho estos lugares.

— ¿A donde nos vamos? —se encoje de hombros.

—A donde sea.

— ¿Si te das cuenta que nos acabamos de conocer?

— ¿Si te das cuenta que eso no me importa?

—Ahora, eso no ha sido nada amable —comento frunciendo el ceño, haciendo que él ría.

—De acuerdo, me disculpo... Entonces ¿Quieres o no?

—Eres como una serpiente ahorita —digo y él saca la lengua como si fuera ese animal, haciéndome reír.

—A veces hay que caer en la tentación.

— ¿Y como sabes si esa tentación es buena? —mete las manos en los bolsillo traseros de su pantalón y se encoje de hombros.

—No lo se, supongo que solo hay que arriesgarse, la vida sin riesgos no es vida.

Sonrío. Tiene razón, a veces hay que tomar riesgos y descubrir si estos son buenos o malos. Y ¿que mas da? Ya no tengo nada que perder, si de igual manera moriré. No es como si fuera a ocurrir un milagro y de la noche a la mañana me digan que todo el cáncer se fue de mi cuerpo. No.
Ahora solo me queda vivir, vivir el poco tiempo que me queda.

—De acuerdo, me arriesgo a descubrir si eres una buena tentación.

Sin mirar atrásWhere stories live. Discover now