:: Capítulo Veinte ::

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Bueno gente linda, de nuevo estoy de vuelta después de no tan larga ausencia...!

Conseguí avanzar un poquito más en mi locurita y terminar un nuevo cap que les confieso me costó mucho escribir... En esta ocasión hay bastante tensión y asperezas entre los protagonistas, lo cual era inevitable que sucediera por cómo se venían dando las cosas últimamente. Y también poco a poco vamos acercándonos al final de esta historia...

Quiero recomendarles, aunque no transcriba la letra, que escuchen a modo de complemento para su lectura el tema 'Perdón' de Lisandro Aristimuño, y si pueden también que lo busquen y lean la letra. Es una preciosura de tema... Cien por ciento recomendable... Y sobre todo concordante, a mi criterio, con lo que narro en el cap de hoy...

Bueno, sin más para agregar por ahora lxs invito a leer el VEINTE en paz y les pido que por favor me cuenten qué les pareció!

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Me despido abajo!

Besiños!

Bell.-

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:: Capítulo Veinte ::

Una nueva semana había transcurrido. Era el mediodía del viernes y Darien se retiraba de su consultorio en el hospital para salir algo más temprano del trabajo. Mientras bajaba las escaleras y atravesaba los pasillos del edificio saludaba sonriente y cordial a toda persona que se cruzara en su paso, médicos, enfermeras, residentes. Su buen humor y satisfacción tras tan excelente semana laboral eran imposibles de disimular.

A medida que se acercaba a la puerta principal, se encontró con Andrew que también estaba de salida. —Doctor Furuhata —lo saludó al llegar a su lado.

—Hola, Darien —dijo su amigo al voltear a verlo—. ¿Ya te vas?

—Sí —respondió Darien y ambos retomaron sus pasos hacia la salida del hospital—, conseguí adelantar bastante trabajo para poder salir un poco más temprano. Voy a reunirme con Serena para almorzar —dijo con una alegre sonrisa.

Andrew echó a reír. —Ya veo, ahora entiendo por qué te ves tan radiante el día de hoy.

—¿Y tú también ya te vas? —preguntó Darien cuando estuvieron afuera.

Andrew suspiró cansado. —No, sólo cortaré una hora para el almuerzo —respondió—, tengo consultorio durante toda la tarde. Ya sabes, en esta época del año todos los niños de la ciudad están enfermos, así que estoy lleno de trabajo.

—Comprendo —dijo Darien al buscar su celular en su maletín que estaba sonando. Se disculpó con Andrew y se alejó unos pasos para atender la llamada—. Hola, princesa...

—Hola, Darien —lo saludó Serena del otro lado de la línea con voz apagada y algo fría—. ¿Estás ocupado? ¿Te interrumpo?

—No, no —respondió él enseguida un tanto inquieto—. Justo estaba saliendo del hospital, logré desocuparme a tiempo, ¿ocurre algo? —preguntó preocupado.

—Bueno, es que... —Serena soltó un pesado suspiro—. Lo siento, Darien, pero hoy tampoco podré almorzar contigo —dijo con pena.

Darien inspiró hondo intentando no molestarse. —¿Por qué no?

Trece lunas y un laberintoWhere stories live. Discover now