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Ya he recorrido la mayoría del edificio. Hay una cafetería en el primer piso, junto con todo un comedor. Tienen muchas salas de prácticas y hasta cuartos pequeños donde componen música. Lo único que no he encontrado son los estudios de música. Y aunque no llaman tanto mi atención, tengo curiosidad por saber cómo es un estudio donde graban música.
En mi libreta anoto la nueva sala de prácticas que he encontrado, esta, a diferencia de las demás, tiene una pared decorada muy bonita. Es amplia y el logo de la empresa no puede faltar en ella.
Había hecho un pequeño croquis de la empresa, y sintiéndome como una niña pequeña, simulé que cada habitación era un cuarto en el Centro Espacial de la NASA ubicado en Texas, Estados Unidos.
ーNueva sala, Control de Misiones de ApoloーAnoto en mi libreta y cierro la puerta del lugar, girándome hacia el pasillo. Mi dedo apunta la A de Apolo justo cuando choco con alguien más.
ー¿Control de Misiones de Apolo?ーLa voz medio grave y aguda de Jooheon llega hasta mis oídos y justo antes de acabar de anotar la oración, suelto la pluma, dejándola caer al suelo.
La sangre sube hasta mis mejillas y aprieto ambos labios entre mis dientes.
ーNo, no es lo que creesーEmpiezo a hablar, tartamudeando las palabrasーBueno no creo que creas nada, sólo... Esa sala se parece mucho al Control de Misiones de Apolo de la NASA en el Centro Espacial de Houston.
Hablo tan rápido que ni yo soy capaz de entenderme, pero es que la vergüenza está consumiéndome.
No le diría nunca a nadie que fui a una empresa de Idols sólo para imaginar que estoy en la NASA.
Hasta cuando lo pienso suena vergonzoso.
ーBueno, jamás he ido al Centro Espacial de Houston pero supondre que sí se parece.
Jooheon sonríe y su repuesta me hace sonreír a mí también. Aparto la mirada de sus ojos y la fijo en el suelo, sin dejar de sonreír. Entonces mis ojos captan el lapicero que había soltado. Me agacho para poder recogerlo pero su mano se envuelve en mi brazo, levantándome de nuevo. Un grito ahogado sale de mis labios y luego él se agacha, recogiendo el lapicero y tendiéndomelo.
Lo tomo, sorprendida por lo que acaba de hacer.
ーGraciasーSusurro y él se fija en la puerta detrás de mí, luego camina hacía ella para abrirla.
ー¿Tu has ido?
Entra a la sala, dejándome a fuera y cuando escucho que me habla, le sigo el paso.
ーNo, nunca he ido pero he leído tanto de ella que sé cómo debe lucir exactamente.
Él se para en medio de la sala.
ー¿Y cómo debe de lucir, Minah?
Respiro profundamente, mirándolo a él y luego a los muros que nos encierran.
