Flaws.

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Lance debería sentirse feliz. Shiro finalmente había vuelto y el equipo estaba completo otra vez. Todo encajaba donde debería encajar. Excepto. . .

Lance.

Desde que el león negro escogió a Keith como su nuevo paladín, no se había dado el tiempo para pensar mucho en sí mismo, ocupado entre cuidar que Keith no los matara a todos, ayudar a Allura con su nuevo puesto de paladín y mantener al equipo unido.

Pero entonces Shiro llegó. Y Lance se dio cuenta de que su utilidad como miembro de Voltron sólo iba en decadencia. Pronto comprendió que al tener un paladín extra, él sería quien debería hacerse a un lado y dejar a los demás brillar. Tenía que hacer lo mejor para el equipo.

Después de todo. . . él no es más que el payaso del grupo, ¿cierto?

Lance puede hacer esto. No es difícil. Allura lo hacía con ellos todo el tiempo antes de pilotear al león azul. Él simplemente los verá en acción desde el castillo y se sentirá orgulloso de poder convivir con personas tan extraordinarias. Tendrá asiento de primera fila cuando los vea ganar la guerra contra el Imperio Galra. Lance es afortunado. . . ¿Por qué no se siente afortunado?

Habló con Keith aquella noche. Sentimientos de cariño por el azabache crecieron con aquellos momentos de apoyo mutuo durante la ausencia de Shiro. Sabía que podía hablar con Keith de ello y estaría bien. Confiaba en que Keith entendería. Keith definitivamente entendería.

Pero no pasó así.

Un "concéntrate en tu misión" fue replicado en su lugar. Y aunque Keith quiso aligerar un poco su humor con lo que él consideraba un buen chiste, el daño persistió. Lance estaba seguro ahora. No hay lugar para él en Voltron. No es su destino ser un paladín.

Apenas deja la habitación del anterior y se adentra en la suya propia, gota tras gota de amargura y frustración pura se deslizan hacia abajo en la oscura piel de sus mejillas. Se pregunta cómo pudo haber sido tan ingenuo como para pensar que de verdad podría demostrar lo que es. Él no es nada. No tiene nada especial. No es como ellos. No había nada que demostrar.

Estar en la esquina de la foto siempre ha sido su lugar.

Le han dejado ir en una misión. . . Lo más probable es que sea su última. Pero no puede pensar aquellas cosas. Tiene que cumplir y protegerlos a todos. Tiene que proteger a Keith.

¿Keith. . .?

Keith es. . . Es el nuevo líder. Debe ser protegido porque es vital para el equipo. Eso es todo lo que debe ser, no hay espacio para nada más.

[Eso espera.]

Lotor una vez más ha sido más inteligente que ellos. Los ha vencido. ¿Cuántas veces han sido ya? Lance empieza a cansarse de éste tipo. Hay un escalofrío en su columna haciéndole pensar que el príncipe podría ser incluso más peligroso que Zarkon. Y si resultara ser verdad, no está seguro de que tan a salvo podrá estar el universo.

Se suponía que saldrían de ahí con la derrota en las manos y vergüenza en sus espaldas y eso sería todo; otra vez a hacer un plan o esperar una oportunidad, con la posibilidad de fallar una vez más. Sin embargo, algo no iba bien.

El cazador donde suponían que debería estar Lotor se encontraba justo frente a el león rojo y Lance.

Entonces habló.

"Paladín azul. . . ¿O debería decir rojo? Parece que están un poco mezclados." Torció sus labios en una sonrisa felina, mirando con ojos agudos a Lance. "Te he estado observando un tiempo, y encuentro algo bastante interesante en ti. Tienes un lindo bronceado. . . Pero me sorprende que puedas conseguir sol en absoluto considerando cuánto tiempo pasas en la sombra de Keith. ¿No es eso lamentable?" Ambos, Keith y Lance jadearon en sorpresa al escuchar esto, con ojos abiertos desmesuradamente y cejas fruncidas juntas.

Así que incluso él podía darse cuenta de eso, ¿eh?

Lance ni siquiera podía decir algo al respecto, porque sabía que Lotor no estaba equivocado. Pero Keith no quería ni podía dejar eso así. "¿Qué estás diciendo? Lance tiene sus propias cualidades." El tono de Keith era feroz, como si estuviera preparado para destrozar a Lotor en cualquier segundo.

"Si, efectivamente las tiene. Por eso es una verdadera lástima que su verdadero potencial sea desperdiciado en un equipo tan mediocre con gente que no sabe aprovechar sus habilidades." El azabache hervía en furia, apretando con fuerza los controles del león negro en un intento de contener su rabia. Lance seguía sin decir una palabra. Secretamente estaba escuchando con culpa las palabras de Lotor y considerandolas a pesar de esa voz interior gritandole que no se deje engañar.

"Lance, querido, ¿por qué no te unes a mi? Se uno de mis generales. Te enseñaré a descubrir cualidades que ni siquiera imaginabas que podrías tener. Estas personas claramente no aprecian tu lugar en el equipo ni todo lo que haces por ellos. ¿Cuánto tiempo más dejarás que otros tomen tu lugar?"

Las palabras de Lotor martillaban dentro de la mente de Lance con fervor. No quería estar considerando la oferta del príncipe. No debería estarlo haciendo. Sin embargo una parte de él no puede evitar querer que aquel sentido de soledad y desesperación por un poco de aceptación sean erradicados finalmente.

Lance sólo quiere sentirse parte de un equipo.

¿Qué está tan mal con eso?

Piensa en Keith, Hunk, Pidge, Allura, Coran. . . Shiro. ¿Siquiera estaba seguro de que ése en verdad era Shiro? Había algo muy extraño sobre él que no podía sacudirse de encima. Incluso así, seguía siendo parte del equipo. Parte de su familia. Él no podía traicionar a su familia.

"Lance, no lo escuches. Nosotros te apreciamos. Somos tu equipo." Podía (¿Podía?) escuchar la desesperación en la voz de Keith. Entonces también escuchó la de Hunk, seguido de Pidge y Allura. Incluso Shiro estaba gritandole ahora.

Todos decían lo mismo. Que él es importante. Que no escuche a Lotor. Que es parte esencial del equipo.

¿Por qué ahora? ¿Por qué no decirlo antes? ¿Por qué era tan difícil felicitarlo de vez en cuando y reconocer alguna habilidad suya? ¿Por qué justo ahora que alguien más lo hace sin haberlo él pedido?

"Chicos. . . Yo. . . Lo siento. . . De verdad lo siento."

Cerró los ojos con fuerza, dándole un último apretón a los controles del león rojo. Tiró su bayard al suelo del león, sabiendo que incluso aunque estuviera uniendose al enemigo jamás sería capaz de entregar una parte de Voltron. Escuchaba los gritos y súplicas de los otros paladines a la vez que salía de su león, entregandose al espacio y listo para que Lotor lo tomara.

"Lance. . . Piensa en lo que estás haciendo. . ."

Aquella era la voz de Coran. Y por un segundo Lance quiso regresar en sus pasos y rogarle perdón por haber siquiera pensando en traicionar todo el apoyo que el hombre mayor le había proporcionado. No lo hizo, sin embargo. Apretó los dientes y fingió que el dolor en su pecho no existía, al igual que las delgadas, casi invisibles lágrimas alojadas en las esquinas de sus ojos.

"Creí que éramos un equipo. . . ¿Acaso no eras mi mano derecha?"

De la garganta de Lance se pudo escuchar un gruñido estrangulado, causado por la consciencia del dolor puro en la voz de Keith al decir aquello. Respiró profundo, tragandose las palabras de arrepentimiento y afecto que quería gritar desde el fondo de su pecho con tal de no tener que herir a Keith. Por tan sólo evitar escuchar nunca más su voz quebrada e imaginar los orbes púrpura mirándole con decepción y traición secas. Pero sabía que el dolor en Keith no era por Lance, sino por el bien de Voltron. Nunca es por Lance, y nunca lo será.

"Tú mismo lo dijiste. . . Las cosas se resolverán solas, ¿cierto?" El tono duro de Lance había dejado helados a todos, cesando al instante las protestas. Keith permanecía atónito, entendiendo por primera vez un poco sobre los sentimientos de Lance. Nunca los tomó en serio, no les dio la importancia que debía; y ahora habían llegado las consecuencias a su negligencia.

"Ahora ya no les sobra un paladín."

primera parte.

Little me. || Klance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora