Reflexiones

El hilo rojo

Una vez una amiga mía que no vive aquí me mandó una carta. Rápidamente la abrí y encontré dos cosas: un folio plegado y un lazo rojo colgando. No sé para qué querría el lazo pero lo dejé delicadamente sobre la mesa y entonces abrí el folio. En él encontré una historia escrita cuidadosamente donde explicaba el misterio de ese lazo, la historia era la siguiente:

"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias este puede enredarse o tensarse, pero nunca llegará a romperse"

Desde luego la historia es bonita, mérito no le quito, pero yo no creo en esas historias... O no al menos en aquel entonces.

Ahora, una aburrida mañana más dándole vueltas a la cabeza mientras descanso sentado en la cama, acabo de cruzar mi mirada con ese lazo rojo que me regaló... ¿Y si fuera cierto? Lo único que sabemos con certeza en este mundo es que creemos saber pero no sabemos. Sabemos que necesitamos ver para creer, pero piénsalo, la naturaleza está demasiado bien jerarquizada como para ser un simple juego evolutivo al azar. El problema es que sea todo casualidad, o esté todo preparado, nunca lo sabremos. Ese hilo se ha enredado mil veces entre nosotros y se ha tensado mil veces más, pero jamás se ha roto. Hemos pasado días, meses y casi algún año sin hablar. Hemos estado cerca de perdernos el uno al otro, desde luego, pero aquí seguimos. Y después de este tiempo espero que nunca se rompa, que lo sigamos cuidando en las buenas y en las malas, pero que siempre esté ahí, uniéndonos. Que hagamos la historia de este hilo realidad y que pase lo que pase, se tense o se enrede, nunca lo rompamos. Gracias por tanto.