Esto es un verdadero dolor de cabeza.

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Ya paso tiempo después de que Hans perdió la memoria y trabaja para Elsa, un día cuando ella se levantó se dirigió a su oficina, allí había dos sillones para una persona una mesa de centro, un estante con libros y una silla con una mesa allí había una bolsa de tela llena de cartas, Elsa solo se sentó y comenzó a leer cada una de las cartas. Habría pasado una hora desde que leía y contestaba.

— ¿Necesita ayuda, Majestad?— Pregunto Hans

Elsa se asustó, no había sentido cuando Hans llego —Vaya, Hans me diste un buen susto— Dijo Elsa con una pequeña risita

—Le pido disculpas por no avisar que llegue, lo que pasa es que no quería interrumpir, estaba tan concentrada en sus asuntos— Contesto el pelirrojo

—Esta bien, pero la próxima vez debes avisarme cuando llegues así de repente ¿Esta bien?— Dijo Elsa sonriendo

— Si majestad, ahora déjeme decirle que su sonrisa es radiante— Contesto Hans

A Elsa ese comentario la incomodo un poco, pero eso no la detuvo solo aclaro la garganta y dijo —Bien, gracias, ahora seguiré con mis asuntos reales, si no le importa—

-Si, cla... Ah!!- A Hans le dio un fuerte dolor de cabeza

Elsa se preocupo mucho al ver la jaqueca que sufría el desmemoriado príncipe

-Ay, Hans!!- Elsa se acercó al sillón en donde estaba él sentado - ¿Que te pasa?, ya se llamare al doctor - Elsa iba a alejarse de Hans para ir en busca de un doctor, pero la detuvo

-No... espera, si solo es momentáneo, es cuando recuerdo algo- luego de hablar se quejo de otro dolor mas.

La reina sintió la necesidad de quedarse con él, lo único que hizo fue hacer una pequeña capa de hielo en su frente, al cabo de un rato.

—Muchas gracias majestad—

—¿Por que?—

—Por que usted me a entregado mas protección a mi, que yo a usted— Contesto el pelirrojo

—Enserio?—  Elsa sonrió — Amm... oye Hans, que recordaste exactamente?—

-—Amm... bueno... recordé que una persona o tal vez personas me ignoraban, emmm... luego alguien muy tierna o tierno me acogía—contesto el pelirrojo

— Oh vaya, bien ya he terminado mis deberes reales creo que...— iba decir algo pero fue interrumpida, por el sirviente Damian

— Disculpe majestad pero es hora de almorzar esta servido—

— Oh..okay— Elsa mira a Hans — ¿quieres almorzar con nosotros?—

Elsa no sabia lo que hacia "invitar a un enemigo a comer, alguien que una vez le quiso hacer daño" pues si, Elsa al parecer se había acostumbrado a estar cerca de Hans

—Emmm claro majestad—

—Hans ya te he dicho, que me digas Elsa— Ella solo aclaro la garganta y prosiguió —En fin... ese no es el punto, vamos?—

Elsa y Hans se dirigieron a el comedor, allí los esperaban Anna y Kristoff sentados. Al sentarse hubo completo silencio, nadie hablaba, Elsa pensaba que tal vez era algo incomodo que Hans estuvieran en la mesa, pero Hans lo rompió (el silencio)

—Amm... y cuentame Anna como conociste a Kristoff?— Dijo

—Amm... como lo conocí?—contesto la pelirroja algo nerviosa extrañando a Hans

—Lo conoció una vez que Anna se perdió en las montañas... no es verdad?— contesto Elsa

—Oh... Si, pasamos muchas aventuras juntos en el camino y luego cuando llegamos al castillo, comenzamos a salir, ya que Elsa no me dejaría casarme con alguien a quien recién conocí— Anna mirando a Kristoff mas nerviosa aún — No es verdad Elsa?—

—Ahm, si claro— contesto la ojiazul

— Oh, que preocupada eres, Els ahh!- a Hans le dio otro dolor de cabeza

—Oh no Hans, otro dolor— dijo Elsa acercándose a él muy preocupada

—No, tranquila Elsa estoy bien—

—Deberías ir a tu habitación a descansar— dijo Elsa

—¿Y dejar de darte protección? no para nada—

— Hans no es una pregunta es una orden, ahora ve—

— Esta bien Auch!—

Elsa llamo a Damian para que lo llevara a su habitación, ella volvió a sentarse para seguir comiendo, allí pusieron en claro el tema y hablaron de otras cosas. Después de la comida Anna quería hablar con Elsa y Kristoff fue a recoger hielo

—¿Que pasa contigo Elsa?— dijo Anna enojada

— ¿A que te refieres?— preguntó

— Pues, que te... aarrg!! desde cuando que te has puesto tan comprensiva con Hans?—

—Ay Anna...es que, tanto tiempo que llevo con el que ya me he acostumbrado—contesto

—Okay...— Desconfiada —oye hablando de la boda como lo harás?—

—Hacer qué?—

—Solo digo, que falta poco para mi boda y los invitados podrían reconocer a tu peculiar guardaespaldas—

—Oh cielos!! es cierto no lo había pensado- contesto Elsa nerviosa- Ay Anna esto es un verdadero dolor de cabeza—

Un recuerdo lo cambia todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora