Capítulo 1

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-¡Mamá, mirá allí! ¡Es un pajarito! ¡Mira cuántos colores!

-Ya voy, cariño

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Caminaba casi arrastrandome, sin ganas, la cabeza gacha y, completamente desinteresado de todo aquello que rondaba a mi alrededor. Pese a que notaba las miradas sobre mí, las sentía, no les dí importancia, no deseaba ver a los ojos a aquellas personas, pues sabía que al verles, me quebraría en llanto.

-Ven campeón, sube- el hombre abrió la puerta trasera de la camioneta blanca, con el logotipo y el nombre 'Orfanato Malton' el cual ya había oído antes, pues el hombre lo había dicho- Verás que no es tan mal como imaginas

'No es tan malo como imaginas' eso significaba que si bien no era como pensaba, era malo, y el mismo hombre lo había verificado.

Subí a la blanca camioneta, el hombre cerró la puerta. Por un segundo levanté la mirada, la gente que se había acumulado al rededor seguía allí, mirándome.

Sé fuerte, no te quiebres.

Y efectivamente no lo hice, desvíe la mirada hacia delante, con un rostro sin expresión alguna.

-Muy bien niño, ahí vamos- el hombre se sentó en el lugar del conductor y arrancó.

Mi vida...¿Que ocurriría con mi vida? ¿Y aquel señor? ¿No lo intentarían encontrar? Y... Mamá...

-Muy bien niño, hemos llegado- volví a caer en la tierra directo desde mi mundo para descubrir que estábamos estacionados en frente de una gran puerta, en un hogar color crema, con el mismo logotipo que la camioneta.- A partir de hoy, este será tu nuevo hogar

-¿...Hogar?- miré al hombre

-Si, así es- bajo de la camioneta sonriendo, y me ayudó a bajar

Hogar...

-Y dime, ¿Cómo te llamas jovencito?

-Me llamo Sprintrap...pero mamá me decía Sprin...

Comenzamos a caminar al enorme portón

-Y dime Sprin, ¿Cuántos años tienes?

-Eh...- miré mis manos, mis dedos- tengo, eh, once- Papá me había enseñado que teniendo un dedo de una mano, y otro de la otra, me daba cuenta que se veía 11, según el eso era once, y así me enseñó a recordar mi edad.

-¡Mira nada más! Ya eres todo un adultito!- me sacudió el cabello con la mano, entramos a aquel lugar.

El piso era de una madera gastada, con muchos rayones u marcas en el. Rápidamente una señora baja, de cabello marrón que aparentaba unos 40 años, se nos aproximó a mí con una enorme sonrisa.

-Oh, pero que bello, hola pequeño- dijo con una dulce voz, arrodillándose en el piso para estar a mi misma altura- ¿Cómo te llamas?

-Sprintrap...

-¡Oh, vaya! ¡Que nombre tan bello, al igual que tú, querido!

-Muchas gracias- si bien estaba confundido en aquel momento, por todo lo que me acababa de suceder, la mujer acarició mi cabello, y luego paso su mano por mi mejilla. Tenía una sonrisa sincera.

-Yo me llamo Marian, encantada de conocerte Sprintrap- de puso de pie y me extendió su mano- ven, te enseñaré el lugar- miré por sobre mi hombro al hombre que me había traído, el cual se estaba yendo, para volver a ver a la mujer frente a mi. Tomé su mano y le seguí.

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-¡Papá! ¡Ven con nosotros!

-¡Ya voy, y también va... ¡El monstruo de las cosquillas!

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2017 ⏰

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Por Sobre Mi [ #FNAFHS ] PARTE DE 'CRUEL REALIDAD'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora