ahora, antes y después; siempre

Última hora

Me encantas. 

Y me gustaría que no, pero evitarlo se me hace tan imposible como no respirar. 

Quiero quererte, quiero que me quieras, quiero que quieras quererme. 

Me gusta que me escuches sin esfuerzo, y que me preguntes por todo. 

Me gusta que creas que lo detesto, porque lo detesto. Detesto esos cuestionarios sin fin sobre todo y nada; pero me gusta que quieras saber sobre mi color favorito y por qué me gusta el helado de menta si sabe a pasta dental. 

Por qué no duermo, por qué te dejo y por qué no te hablo un poquito más. 

Me gusta que quieras hablar conmigo, a cualquier hora y de lo que el momento quiera. 

Me gusta tu sonrisa cuando te cuento lo que no quiero contar, pero que quiero compartir sin razón.

Y cada noche cuando la conversación debe terminar, te digo que es hora de que te vayas a dormir. 

Y cada noche cuando la conversación debe terminar, me preguntas, me reclamas por qué te corro. 

No te corro, pero si seguimos hablando, no querré dejarte. 

Y pasará la luna una y otra vez, y no querré soltarte. 

Seguiré hablándote de lo que pienso, lo que siento,

todo lo que no quiero contar, pero quiero compartir sin razón.