Humo [TodoDeku]

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Siete años han pasado desde que Shouto y él terminaron, para Midoriya las cosas fueron como subirse a un carrusel, así de frenético. La adrenalina le recorría y constantemente temía abrir sus ojos por el miedo.

No puede negarlo, amó a ese hombre, con tanta intensidad que parecía una mentira, pero su relación había quedado en el pasado,hacia ya muchos años que él simplemente desapareció y por su parte tampoco trato de buscarle, sabía que eso podría pasar, que Todoroki Shouto no era alguien que buscara estar con el para vivir en una pequeña casa hasta envejecer, y aún así él se había dejado hacer.
Aún en contra de su madre,y de sus propios pensamientos, Izuku le había entregado al contrario tanto de sí que posar su mirada en Shou, era una daga pasando finamente por su pecho.

Siete largos años sin ver o escuchar nada de Todoroki,sólo viviendo a costa de sus recuerdos, y todo para que al final temrinara apareciendo frente a él. Así como se había esfumado,así mismo le había encontrado.

-¿Entonces?-repite el otro,separándose de la pared en la que segundos antes había estado arrecostado.

Izuku posa su vista en el cigarrillo entre sus dedos, el olor inundando sus fosas nasales hace temblar todo su cuerpo. No parece que hubiesen pasado más de un par de días desde que ha visto esa familiar escena.

-Disculpa-se asegura de que su voz no le delate y trata de sonreír, efusivamente su corazón acelerado repite en cada latir el nombre de su ex amante.

-¿Sucede algo,Izuku?

Nunca nadie ha logrado con su voz lo que Todoroki logra,aún hoy,aún después de tantos años. Traga saliva y le da otra mirada al reloj,maldición.

-Dame tu número, te llamaré después-empieza-Pero ahora debo de irme

Ve a Shouto girarse por completo, usa uno de sus usuales trajes y termina tirando su cigarrillo al suelo,en un elegante movimiento. Sabe aún reconocer cuando algo le molesta, como ha hecho su respuesta.

-De todas formas,voy tarde,lo siento-se disculpa de nuevo. Shou debe de estar esperando con impaciencia.

No escucha una respuesta,y si es sincero no quiere una, encontrarse al hombre justo hoy, cuando ha decidido tomar ese camino por casualidad es, justamente eso, algo que no debería de haber sucedido y que no significa nada.
Izuku ni siquiera gira su cabeza, no quisiera saber que Todoroki le mira, y mordiendo su labio inferior se escabulle entre la gente mientras corre, tanto como por su tardanza como por la necesidad abrasadora de huir. Huir de las garras del lobo bicolor que siempre ha sido Todoroki,un lobo que ya una vez estuvo a punto de devorarle.