CAPÍTULO 1-.

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— Esta es la última extracción Peter — Siento un pinchazo en el antebrazo cuando Marine introduce una aguja de un tamaño considerable justo debajo de mi codo, las primeras veces me daba impresión pero he acabado acostumbrándome.  

Me están extrayendo sangre, así llevan toda la semana una vez por día. Llegue hace exactamente diez días, es un complejo bastante grande perdido en alguna parte, sólo recuerdo pasar del desierto a adentrarnos en una espesa selva pero no recuerdo haber salido de Melía.

Los recuerdos navegan intermitentes por mi cabeza, sé que Susan vino conmigo pero no he podido verla desde entonces, algo me dice que no quieren que socialice con nadie. Hago el mismo recorrido todos los días, me levanto y me tomo el desayuno, justo después es el único momento donde puedo ver a alguien, en el seguimiento médico. Paso un tiempo con Marine todos los días donde me permito relajarme algo, allí me hacen pruebas día sí y día también, todavía no he tenido ni el valor ni las fuerzas para preguntar el por qué.

El resto del día lo paso metido en un cubículo no muy distinto al que estaba antes, se supone que aquí tengo algo de libertad pero escucho como cierran mi habitación para evitar una posible fuga todos los días.

Nadie habla del inframundo, parece ser un tema tabú y eso me molesta, me tratan como si algún problema mental me atormentase. Me siento vigilado a todas horas, cámaras graban mi comportamiento y aunque lo he intentado no me habitúo, me paso las noches enteras mirando hacia esa cámara infernal que hace que me sienta como una rata de laboratorio.

Lo cierto es que si antes estaba encerrado, comparado con esto lo anterior era libertad pura, ya no es el caso de no poder hacer lo que me venga en gana, no es solo eso, ahora me siento débil, indefenso y atrapado como un preso que espera su muerte.

Estoy sentado en la camilla mientras observo como el líquido rojizo sale de mi antebrazo por las vías hasta una bolsa, ya me he habituado después de todas las veces que me han hecho esto por lo que los mareos posteriores no me llegan a sorprender.

— ¿Cómo te encuentras hoy? — Me quedo en silencio hasta que caigo que se refiere a mí.

— Normal supongo, lo bien que se puede estar en esta situación ¿no? — Mi voz se torna amarga y una sonrisa triste acompaña mi rostro.

Marine no se molesta en decir nada, ya hemos discutido de esto hace unos días, ella sigue teniendo la esperanza de que salga ileso de esta, piensa de verdad que si me han escogido es por mi destreza, que si estoy aquí es porque sobresalgo del resto.

Esto último es lo que más miedo me da. ¿Sabrá alguien a parte de Marine que soy un hablador? No pudo haber sido coincidencia todo lo ocurrido anteriormente, la gala, la puja y el rapto ¿O sí? Verdaderamente no sé qué pensar.

Hoy es el último día al que me tengo que someter a estas pruebas según comenta Marine, eso solo me quitará el único rato que podía estar tranquilo aunque me estuviesen inyectando agujas por todos los sitios inimaginables.

Vuelvo a mi habitación, no me molesto en meterme por otros pasillos porque no llegaría muy lejos, sigo por mi camino rutinario hasta llegar a mi destino.

El complejo es distinto a los edificios que conozco de Mersus y del complejo en el que estuve nada más llegar aquí, pienso que no mucha gente conoce de la existencia de estas instalaciones debido a que pusieron mucho empeño en que cuando nos llevasen estuviésemos solos.

Se compone de un solo edificio, ocultado entre la maleza de una selva de la que yo desconocía su existencia, es mucho más moderno que ningún edificio de la capital casi futurístico en mi opinión.

Con lo poco que puedo apreciar ya he conseguido observar máquinas y artefactos que jamás he visto antes, paredes robotizadas y demás objetos de una tecnología muy puntera.

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2017 ⏰

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