CAPITULO 3

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-¡MALDITA SEA!- gritó mientras tiraba al suelo el último florero que permanecía en pie. Se dejó caer de rodillas casi derrotado, cuando una sonrisa perversa se dibujó en su rostro.

-Eres sólo mío Min Ki, ya lo verás, volverás a mí, princesa- unas carcajadas casi diabólicas adornaban el vacío y silencio esa casa, mientras Aron observaba sus manos ensangrentadas. Parecía endemoniado. Tantos años juntos, y todo lo que hizo fue tirado a la basura nuevamente. Aron era más que consciente que Min Ki estaba con él sólo porque se sentía comprometido a estarlo, él mismo había creado en el chico la necesidad de estar juntos, no por amor, sino por necesidad. La necesidad de tener a alguien cada día que estuviera dispuesto a amar a pesar de todo.

-Señor, tenemos información de la localización del joven Choi- la voz de su subordinado se escuchó a través del intercomunicador rompiendo el silencio y también sus pensamientos. Los juegos de niños ya se habían terminado, ya era el momento de mover las piezas de adultos, una vez jugó y perdió, pero al segundo intento salió ganador; está ocasión no sería la excepción.

-Gracias por la información, por favor, sigue las instrucciones que ya te di para estos casos.

-¡Entendido, señor!- y ahí quedó la conversación.

Hizo otra llamada.

-Nana, necesito que por favor envíes al equipo de limpieza, y por favor a alguien que reconstruya esto, estaré en un hotel mientras.

-Si señor Kwak- dijo la mujer del otro lado del teléfono.

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-¿Y cómo se hizo eso?- los ojos del chico destellaban asombro y preocupación mientras Min Ki trataba con todas sus fuerzas de no reírse de su expresión, su labio aún dolía mucho.

-¡Basta, Kuan!, no lo dejas ni respirar, ¿qué no ves que no puede hablar?- Minhyun podía ser muy amable y buena persona, tanto como para cuidar del hijo de su vecina por las tardes mientras ella trabajaba, pero no era el ser más paciente del mundo.

-Lo siento hyung- agachó la cabeza derrotado, pero no tardó diez segundos para seguir con su bombardeo de curiosidad, mientras Minhyun salió a la cocina-¿Fue una pelea con hombres malos?- sus ojos seguían con ahínco cada movimiento que realizaba Min Ki mientras trataba de acomodarse en la sala, le dolía tanto el cuerpo que el solo hecho de pensar en salir a comer le causaba escalofríos.

-Digamos que más que una pelea fue una paliza y sólo había un hombre malo.

El chico quedó en silencio por escasos segundos antes de seguir con el fatal interrogatorio. A Min Ki no le molestaba en lo absoluto, pero tenía el labio muy lastimado y pasadas las horas se había entumecido, causando una gran molestia al moverlos.

-Pero, ¿usted le pegó igual o más fuerte, verdad?

-Digamos que emocionalmente si, le pegué con todo lo que tenía, desde el principio.- Recordó cómo inició su relación, la razón que le llevó aceptar estar con él, y sintió que el estómago se le revolvía. Muchas cosas cambiaron incluso su percepción del amor.

-¡Vaya!- Minhyun vuelve a la sala con unas pastillas, que Minki supuso eran para el dolor y la inflamación, un vaso de agua y un ceño bastante fruncido.

-Si sigues molestando a Ren te castigaré.- El chico abrió mucho sus ojos, visiblemente nervioso, a Min Ki le pareció una escena bastante graciosa, siempre supo que su amigo tenía dotes paternos, pero que estuviera actuando como tal, casi literalmente, le resultaba cómico, en otras circunstancias se habría reído hasta más no poder, pero estaba roto y su labio también.

Entre humo y llamasМесто, где живут истории. Откройте их для себя