Capítulo único

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Está atardeciendo, hay algo de brisa ya que estamos en una playa solitaria donde estamos nosotros dos, mirando hacia el horizonte. Me encuentro de pie mientras él está sentado en un tronco de una palmera, quizá. Él levantó la voz sin mirarme aún: - ¿Escuchas el silencio? -

Le respondí mirándolo curiosa: —Si... aparte de las olas... ¿Es por la calma? 

Si... exactamente es lo que siento cuando estoy contigo.  me respondió, al mostrarme su media sonrisa y sus mejillas sonrosadas, al que solté una tímida sonrisa. Me senté a su lado, mirándolo fijamente su perfil, en especial, sus ojos replicando: — Mmm... ¿Eso es malo? 

 No... porque es lo que siempre quise sentir... y está en ti... si mi vida cotidiana me hace mucho ruido...— me respondió mirándome fijamente como si observará mi alma, dicho acto logra ponerme un poco más nerviosa hasta que pude responderlo: — Pero creo que con el paso del tiempo, las cosas cambiarán... eso te puedo asegurar...

Me contestó riéndose bajo: — No lo creo... Siempre me he sentido así cuando te veo en cada ocasión y esta vez no quiero dejarte ir de mi vida. 

Me reí mirando hacia el horizonte como se va yendo el sol, como van cambiando los colores con lentitud, le contesté: — Oh... Si eres un gran idiota, y eso lo sabes muy bien. 

Se apegó a mi lado, riéndose de nuevo: — Si... soy idiota.  Volteé mi rostro y parte de mi torso para contemplarlo mejor sus expresiones faciales antes de que los colores del cielo oscurecieran aún más y que no pueda observarlo mejor aunque hay estrellas y la Luna que nos estarían acompañando, dejando salir mis lágrimas sin permitir que quiebre mi voz: — Cielos... no sé por qué me fijé en ti... pero es genial estar contigo... 

Se dio cuenta al notar como mi voz afectaba por mis lágrimas, se levantó poniéndose frente mío arrodillado, limpiando mis mejillas con suavidad, siendo una misión imposible de que mis lágrimas cesarán, le oigo decir: — De verdad siento haberte hecho mucho daño, pequeña... como me has dicho muchas veces, soy un caso perdido...

Inhalé y exhalé con un largo suspiro logrando dejar de llorar, sosteniendo sus manos con firmeza: — Pero tú sabes muy bien que puedes cambiar solo por ti mismo, comenzando primero con sanar tu corazón... perdonarte... y dejar ir los miedos más ocultos que tienes dentro de ti... sobre todo, tomarte todo el tiempo del mundo para estar bien... nunca es el fin. 

Es difícil... — me contestó sosteniendo con más fuerza mis manos.

Pero no imposible... aún te falta por crecer... y nunca estarás solo, tú lo sabes.  le sonreí con una ligera risa. Levantándome sin soltar sus manos, observándolo en silencio como se levanta también y de una, me abrazó con fuerza. Pude sentir que como poco a poco se empieza a romper en llanto y le acaricié su espalda con lentitud.

Yo voy a estar bien, seré más fuerte y más brillante...así que no te preocupes por mí. — fue lo último que pude decirle en el medio de su llanto al que no pude evitar unirme a él, llorando en silencio.

Soñé con esa persona especial para mí.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora