Capítulo 7

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Al llegar la familia de Aome, el medio demonio abre la puerta de la habitación y baja, se encontraban tanto la madre como el abuelo de Aome, cargaban unas bolsas con cosas dentro.

– ¿Inuyasha? ¿Qué haces aquí, querido?–Le preguntó la madre de Aome mientras lo veía acercarse, le parecía extraño que estuviera allí, porque Aome se encontraba en la época antigua, recordó cuando hace unas pocas semanas ella se había despedido cargando su mochila.

–Tengo que hablar con ustedes. –Dijo Inuyasha, él dio un profundo respiro y comenzó a mirar al suelo notándose nervioso. –Aome, ella...murió, hace 3 días, lo siento, no pude, no pude protegerla.–El cabello de Inuyasha tapaba sus ojos, su voz había comenzado a bajar cada vez que pronunciaba una palabra, de repente, todo se volvió silencioso, como si el tiempo se hubiera detenido, la madre de Aome no podía creer lo que había escuchado, confiaba en que el medio demonio la iba a proteger, que viviría una aventura que nadie había tenido de experimentar, en su mente vinieron los recuerdos de su hija, el que ella se emocionara al hablar de sus amigos, de que estuviese mejorando el tiro al arco, y, que a pesar de estar viajando al pasado, aún intentaba no faltar a clase, era una gran chica.

La madre de Aome abrazó llorando a Inuyasha, él correspondió al abrazo, se sentía culpable de no decirles completamente la verdad, que podía ver a Aome aunque se encontrara muerta, pero no podía, no aún.

El abuelo de Aome se encontraba con una mano sobre su boca, no sabía cómo reaccionar, esa noticia lo había dejado sin palabras.

–Fue mi culpa, lo lamento señora, no estaba con ella cuando murió. –Dijo Inuyasha sin romper el abrazo.

– ¿Dónde se encuentra su cuerpo?– Le preguntó la madre de Aome sin dejar de llorar, su cabeza se encontraba apoyada sobre el hombro del medio demonio.

–Lo enterraron en mi época.

La madre de Aome lo miró a la cara, y luego suspiró.

–Gracias, por decirme, ahora Aome se encontrará en un mejor lugar, quizás se encuentre con su padre.

Inuyasha no respondió y volvió a abrazar a la madre de la chica, Aome se encontraba viendo todo desde muy cerca, sentía muchas ganas de llorar al ver a su familia sufrir, y eso que Sota aún no sabía, ¿cómo se pondrá al enterarse? Ella no podía seguir allí, por lo que salió corriendo o "volando", se acercó al árbol sagrado y comenzó a verlo, se sentía fatal, sentía que lo que estaba haciendo no era lo correcto, no quería que su familia siguiera sufriendo.

–Midoriko, no sé si puede escucharme pero no puedo seguir haciendo esto, todos sufren, mis amigos, mi familia, Inuyasha...siento que estoy aquí por razones egoístas y yo...no soy así, ya quiero estar viva.–Dijo Aome cerrando sus ojos esperando una respuesta, pero durante unos segundos nada ocurrió, por lo que ella suspiró y volvió a ver el árbol.

–Respóndame, por favor. –Rogó mientras entrelazaba sus dedos.

Y allí, todo se puso negro.

–...

–...

–...

Aome abrió sus ojos y se encontraba frente a Midoriko, se levantó del suelo y se acercó a ella, Midoriko mantenía el ceño fruncido.

–Por favor, quiero estar viva, no puedo seguir estando muerta.

–Sabes que eso no es lo que realmente deseas, sientes dolor, sientes que no es lo correcto, que eres una egoísta, pero todo esto es necesario para que descubras cuál es tu verdadera misión.

–Pero ya no soporto seguir así. –Dijo Aome con tristeza.

– Cuando lo descubras, allí podrás revivir, aprovecha esta oportunidad, porque no volverá a ocurrir. –Y cuando Aome iba a responder, todo se puso negro, al abrir sus ojos, ya se encontraba de nuevo en su época frente al árbol sagrado.

*Unas horas después.

Ya era la hora de la cena, cuando llegó Sota, le contaron sobre la muerte de Aome, eso lo deprimió, Inuyasha había estado allí para apoyar al resto de la familia, no había querido apartarse de ellos ni un momento, y de eso se sentía muy agradecida la madre de Aome.

Todos se encontraban cenando, había mucho silencio, ninguno hablaba, Inuyasha se encontraba comiendo en la mesa, esta situación había permitido que se acercara mucho más a la familia de la mujer que amaba.

Cuando ya habían terminado, la madre de Aome recogió los platos, uno se le resbaló y antes de que cayera al suelo, Inuyasha se acercó, lo agarró y se lo entregó.

–Muchas gracias, no sé qué me está ocurriendo. – Dijo la madre de Aome comenzando a lavar los platos.

Inuyasha no dijo nada, Sota se encontraba con los brazos sobre la mesa y su cabeza acostada sobre ellos, el medio demonio, al verlo, caminó hacia él y se sentó a su lado.

– ¿Quieres ver la caja mágica?

–No tengo ganas de ver la televisión, extraño a mi hermana. – Dijo Sota sin levantar la cabeza.

–Todos la extrañamos. –Dijo Inuyasha susurrando, Sota levanta su mirada y lo ve a los ojos, se podía notar el fuerte sufrimiento que experimentaba.

–Te quería, ¿sabes? Yo creía que ustedes eran pareja, ya te estaba viendo como mi "cuñado" o hermano mayor.

Inuyasha siente como sus mejillas se ponían calientes, ¿todos se habían enterado de que ambos sentían algo? ¿Era tan obvio?

–Tú eres mi hermano, tonto. –Le dijo Inuyasha sobándole el cabello, Sota lo abraza e Inuyasha corresponde, aunque el odiaba los abrazos, sentía el dolor de todos los presentes y quería ayudarlos de alguna manera.

En eso se escucha se escucha el timbre, Sota rompe el abrazo y va a abrir la puerta, Inuyasha sintió que había olido ese aroma antes.

–Disculpa la hora, ¿se encuentra Aome? Tengo que hablar con ella de algo urgente. –Dijo la joven.

Inuyasha se levantó y caminó hacia la puerta, al estar a pocos pasos, la joven lo reconoció al instante.

–Eres el novio de Aome.

Y al verla, Inuyasha se recordó, se trataba de una de las amigas de Aome, volvió a sentir miedo, ¿qué le diría cuando preguntara donde se encontraba la chica? ¿Le diría que murió? ¿O diría una mentira?

Murió por mi culpaWhere stories live. Discover now