CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO *Sin titulo*

324 19 0
                                    

— ¿No estabas dormida? — pregunto divertido.
—Lo estaba. — conteste abrazándolo por la espalda ocultando mi rostro en su cuello —Tú has tenido la culpa, me has despertado con tus provocaciones. — mordí suavemente su piel y ladeo su cabeza dándome mejor acceso a su sensible zona.

Mordía, ancaba mis dientes e incluso mi lengua degustaba sus pequeños lunares esparcidos por su cuello estratégicamente. Quería girarse hacia mí pero yo se lo impedía mordiendo le lóbulo de su oreja. Hasta que finalmente logro ponerse de pie. De una se sacó la camiseta dejando al descubierto su torso tallado por los mismos dioses. Su mirada desbordante de deseo solo aumentaba el mío de sobremanera.

Subió a la cama y se acomodó sobre mi pase mis manos sobre sus hombros, hasta su espalda, recorriendo su tersa piel. Mientras que nos fundíamos en un apasionado beso, una de sus manos se posiciono en mi espalda por debajo de mi blusa y la otra masajeaba mi pierna elevando mi estado de éxtasis.
Su lengua se introdujo en mi cavidad bucal buscando con desesperación mi miembro. El cual no tardó mucho en encontrar ya que en segundos se debatían a muerte ya que ninguno tenía planeado rendirse.

De un momento a otro mi blusa desapareció de la escena y al igual no tardó mucho en despojarme de mi sujetador el cual quedo en algún lugar desconocido de la habitación.

La excitación y el placer se respiraban en la habitación mis jadeos y gemidos iban en aumento solo con sus caricias y besos. No había centímetro cuadrado de mi cuerpo que sus manos no hubieran recorrido al igual que sus labios.

Como pude logre deshacerme de su pantalón. Minutos después nuestros cuerpos solo eran cubiertos por la ligera capa de sudor que nuestro alto calor interno producía. No podía más lo necesitaba en ese mismo momento. Y como si leyera mentes se acomodó entre mis piernas para convertirnos en uno mismo por primera vez.

*narra Harry*

Un cálido rayo de sol fue el culpable de que despertara temprano. Frote mis ojos para evitar quedar cegado momentáneamente al abrirlos. Trate de girarme para que la luz no me diera en la cara y poder seguir durmiendo, pero me fue imposible. _____ estaba atada a mi cuerpo. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar la maravillosa noche que habíamos pasado.

Pase mi mano sobre la sabana por su cintura abrazándola y esta se acurruco aún más en mi pecho. Acomode un par de mechones que no me permitían ver su rostro. Di un beso sobre su frente y uno más suave sobre sus labios teniendo cuidado de no despertarla, pero al parecer fue inútil ya que lentamente abrió los ojos. Una enorme sonrisa se pintó en su rostro al verme.

—Buenos días. — dijo ocultando su rostro en mi cuello.
—Buenos días. — respondí y di un beso sobre su cabello.
— ¿Qué hora es? — pregunto con voz ronca.
—Las nueve. — dije después de confirmarlo con el reloj que estaba en el buro. — ¿Por qué despertaste tan temprano? — rio frotando sus ojos.
—Ese rayo de sol que me despertó y no cerré la cortina porque no quería despertarte y de todos modos no funciono. — ahora yo me acurruque entre sus brazos.
—Yo la cerrare. — dijo sentándose en la cama —Pero cierra los ojos — me señalo
— ¿Por qué? — Pregunte extrañado
— Ciérralos — ordeno nuevamente mientras se cubría con la sabana y entendí porque quería que me cubriera los ojos.
—Preciosa es estúpido que...
—No Harry. — rio y finalmente obedecí y me cubrí hasta la cabeza con la delgada sabana, solo podía ver su silueta. La habitación volvió a obscurecerse.
— ¿Ya me puedo destapar? — pregunte
—Ya. — contesto y baje la sabana ahora su cuerpo desnudo era cubierto por una camisa a rayas celestes mía.
— ¿Me la prestas? — pregunto con una voz de niña pequeña.
—No, quítatela. — mordí mi labio inferior
—Entonces iré por ropa. — dijo caminando hacia la puerta
—Hey, Hey. — le llame y se detuvo —Vuelve... — le dije señalando con la cabeza el lugar vacío de la cama. Sus ojos se iluminaron y regreso corriendo a la cama.
—Solo un rato más, tenemos que arreglarnos para esta noche y tienes que ir por tu traje. — repitió nuestro itinerario.
—Y si mejor no vamos y nos quedamos aquí. — dije envolviéndola en mis brazos
—Harry... — alargo, para ella era importante asistir.
—Está bien, Está bien.

Diferentes. (Harry Styles) Where stories live. Discover now