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Chica rosita.

He vuelto a escribirte luego de 6 días. Me gustaría decir que estoy escribiendo en mi cuaderno de música, pero no es cierto. Te escribo en una simple hoja de papel, ya que el mencionado cuaderno no aparece.

En fin, probablemente esta sea mi última carta, así como lo más probable sea que el haberte visto hace tres días, haya sido nuestra última vez juntos, pero ¿sabes? el día de hoy, escribiéndote a ti, estoy muy feliz.

Entré a tu habitación para ayudar a tus padres a sacar todas tus pertenencias, escuchando los "hips" de tu madre al igual que ese sonido que hace nuestra nariz cada vez que lloramos. Estaba algo melancólica. Tu padre no estaba allí. Mientras tomaba uno de tus libros entre mis manos, me di cuenta que era el mismo libro que no pude terminar de leerte; lo abrí en la misma página en la que había derramado una lágrima por ti y al encontrarla, la palabra "volar" se veía algo borrosa a causa de la pequeña gota salada ya seca, pero había algo más allí.

"Ve al final" escribiste en la parte superior de la hoja. Obedecí tus instrucciones escritas en letra cursiva y rápida.

"Si te doy mi atención mientras leo un libro, considerate importante. Pero si te regalo uno de mis libros preferidos, corre y abrázame, te estaré esperando porque en serio eres muy especial" escribiste de la misma forma en la última página en blanco, pero había algo más.

"Léeme. Recuérdame" 

Eran las palabras con las que se presentaba un pequeño sobre de papel rosa pastel, que me recordaba a tu suéter preferido y tu cabello por las tardes. Un atardecer. Abrí el sobre con cuidado, que estaba sellado con una pegatina en forma de fresa con su mismo olor dulce. Otro papel rosa pastel apareció con tu letra en tinta púrpura. Te confieso algo... mi corazón se aceleró como nunca, en especial al poder percibir tu aroma en ella.

Salí lo más rápido que pude con el libro y carta en mano, hasta llegar a la azotea. La leí, con la brisa que hacía volar flores rosa y amarillas, hojas, y recuerdos con olor a primavera.

Cada palabra, cada coma, cada vez que te imaginaba riendo al leerla o tu voz al pronunciar cada frase, me hacía sonreír, me hacía recordar. Hacía que me sintiera más... indescriptible.

Al bajar, me di cuenta que, de un día a otro, comencé a adorarte. Sin previo aviso, sin un manual de instrucciones. Simplemente lo hice y no me arrepiento de hacerlo. Jamás me arrepentiría de haberme enamorado de alguien como tu, quien me dio los mejores recuerdos de mi adolescencia.

Fuiste la única persona que logró sacarme una sonrisa, sonrojarme, una carcajada, un sentimiento extraño al que llamamos amor, y me alegro tanto que hayas sido tu, Anny. Porque fuiste tu, quien hizo que mis días dejaran de ser grises, a algo mejor.

No sé si todavía vives, ya que te trasladaron a otra ciudad para operarte, aquí no pueden hacerlo. Tu padre te acompaña, así que en cualquier caso, sé que estarás bien.

¿Sabes...? no creía mucho en el destino, hasta que tu apareciste de la nada con tu malditamente hermosa sonrisa , y no me importaría coincidir contigo en otra vida, ya sea en otro cuerpo, en este mundo o en otro.

Te quiero, chica rosita.

Te amo, Anny.

Te adoro, huracán.

Charles Peters Lorens-

n/a

Solo falta un capítulo para el epílogo.

Sinceramente, estoy sad :(

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