Yo...

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Narra Christian:

-¡JODER!

La voz de James.

-todo es culpa mia, si hubiera mantenido la boca cerrada nada de esto estubiera pasando.

-James, ya cierra la boca.

Sebastian...

-¡no me calles!.

-¡deja de gritar!

-chicos ya basta, pelear no solucionara nada.

-¡¿por que estas tan tranquila?! ¡tu hermano está muerto!

-¡James ya callate!

Empiezo a escuchar ruidos, me son muy familiares, se están golpeando. Tengo que hacer algo. siento como mi garganta vota un liquido.

-¡TODO ES CULPA TUYA!

Trato de abrir los ojos de nuevo, todo el sol cae en mi rostro, siento como las piedras pequeñas se incrustan en mi espalda. 

-y-ya paren.

Ni siquiera puedo levantarme. Claro con estos brazos de espagueti.

-¡¿Chris?!

La primera en verme fue mi hermana, sonreí devilmente. Se tiro encima de mi, abrazandome. Todas las piedras se incrustaban aún mas.

-tonto, sabias que no podías nadar, ¡¿acaso intentabas suicidarte?!-me levanto y empezó a sacudirme de los hombros.

-lo siento.

-ya no respirabas, tu piel estaba pálida. Me asuste mucho-me volvio a abrazar, correspondi.

-Christian-mire a James, tenia lagrimas en los ojos y todo su rostro estaba lleno de tierra y  piedras pequeñas, Sebastian estaba igual-Christian...-corrió James llorando para abrazarme y detrás venía Sebastian.

-si vuelves a hacer eso, te mato-dijo Sebastian apretando aún mas el abrazo.

-n-no respi-iro.

-ni una palabra a la abuela de esto-dijo mi hermana-te molería a golpes.

Trage saliba, asentí con la cabeza.

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Al final la abuela se enteró de todo, una vecina estaba observando desde lejos y corrió a decírselo todo.

Me encerró en su cuarto con ella, mi hermana gritaba y lloraba para que no me hiciera nada.

A ella no le importo, sacó un látigo con el que me golpeaba de pequeño y empezó a golpearme. No di ni una queja, sabía que si lo hacia lo haría aún con mas ganas. Cuando termino de torturarme me saco afuera.

Por toda mi espalda corría sangre, mejor me hubiese muerto. Ella se lo contara a madre y ella ami padrastro, y si no muero por sus golpes...pues eso seria suerte.

Recuerda: los finales felices no existen.

Diario de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora