V e i n t i o c h o

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Julio estaba por pasar por el pasillo, ahora vacío, en donde estaba el casillero de Abril. Iba a dejar su nota como todos los días. De repente por la otra entrada del mismo observó como llegaba la susodicha y dejaba una nota pegada en su casillero. Ella estuvo un rato mirándola y luego cruzó mirada con él. Julio sintió miedo, su corazón empezó a latir tan fuerte que hasta pensó que Abril podía llegar a escucharlo ¿Se habrá dado cuenta? Pero lo único que hizo la pelinegra fue dedicarle una pequeña sonrisa y saludarlo con la mano. Él devolvió el gesto. Luego dio la vuelta y se fue. No tenía sentido lo que hizo, pero estaba nervioso, no podía penar bien. 

Esperó un rato para volver a pasar por aquel lugar. Necesitaba saber para quien era la carta. Cuando pensó que ya no habría nadie cerca, volvió a donde había dejado asuntos pendientes. Al acercarse a aquella puerta roja igual a las demás pero diferente para él, vio que la nota estaba dirigida a "J". Leyó las pocas cosas que decía y fue como si su corazón desapareciera. Un vacío repentino se instaló en su pecho. 

Julio se había acostumbrado a enviarle notas, a verla sonreír con sus chistes o tan solo verla guardar sus papelitos. Pero ahora Abril ya no quería que él le mandase nada. Ahora tendría que volver a mirarla desde lejos. Volver a callar sus sentimientos. Se sentía un cobarde. Si tan solo hubiera hablado con ella antes, si tan sólo no se hubiera contentado con mirarla de lejos, si tan sólo hubiera tenido más confianza en él. Con la cabeza hacia abajo, un papel en mano y un corazón roto se retiró del instituto. No quería tener que verla de la mano con Ian para seguir imaginándose todo lo que podría haber sido pero no fue.

AbrilWhere stories live. Discover now