Apartamento de los Tategami

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  - ¡Ya estoy en casa! – digo entrando por la puerta
- ¡Bienvenida! – oigo desde la cocina. Mi padre debe estar preparando la cena, así que me dirijo allí. - ¿Qué tal el día?
- Bastante ajetreado, pero bien – digo con una sonrisa.
- Vaya, cuanto me alegro. Estaba preocupado por si no... Bueno, da igual. ¿Por qué no vas a decírselo a tu hermano?
Pero mientras está hablando yo ya he salido de la cocina camino de su habitación. Cuando abro la puerta veo lo desorganizada que está. Suspiro y entro, con cuidado de no hacer ruido. Como esperaba lo encuentro leyendo un libro y con los auriculares a tope, así que no es muy difícil darle un susto.
- Vaya, vaya. ¿Asustando a tu hermano mayor, eh? – dice fingiendo estar molesto. No puedo evitar reírme. Entonces se fija en mi uniforme y me lanza esa sonrisa de hermano mayor que siempre pone – Te sienta muy bien esos colores.
- ¿Verdad? Aunque después de los tonos negros del Karasuno...
- Lo sé – y por su mirada se que entiende que no solo hablo del uniforme, así que me siento aliviada. – Venga vamos a cenar.
- Espera, que te ayudo. ¿Cómo puedes tener tan desorganizada la habitación? – digo cogiendo los mangos de la silla de ruedas.
- ¿Y tu como puedes soportar tenerla tan ordenada? Además, se perfectamente donde tengo las cosas. -Pongo los ojos en blanco, pero no digo nada. Sé que es verdad.
Durante la cena les cuento todo lo que ha pasado en el día de hoy. Obviando la parte de que me pierdo, porque ya sé lo que dirá mi hermano. Disfruta especialmente la parte del entrenamiento y yo no puedo evitar más que sonreír.
- ¿Y conseguiste que practicara recepciones mencionando a Hinata? – pregunta divertido mi padre
- Si, aunque no creo que sirva la próxima vez – digo riendo
- Bueno, ya se te ocurrirá algo. Eres buena observando a la gente.
La cena sigue su curso normal. Mi padre cuenta alguna cosa que haya visto en las noticias y mi hermano algo de un libro o, si ha ido a rehabilitación, sobre su progreso. Sin embargo, el nuevo horario de mi madre va a impedir que esté con nosotros como cuando estábamos en Miyagi.
Al terminar la cena ayudo a recoger los platos y fregar la loza. Con la escusa del cansancio del primer día me despido y me voy a mi habitación. No tengo ganas de nada, así que simplemente me tumbo en la cama y miro el techo, aun con el uniforme puesto.
Es entonces cuando mi ordenador (maldita sea, se me olvido apagarlo esta mañana) comienza a avisar de una video llamada. Me levanto para ver quién será y descubro, con sorpresa, que es Yuu.
- ¿Hola?
- ¡¡CHIKARA!! ¡¡NO VEO NADA!! – oigo a Yuu, con la pantalla en negro.
- ¿Has encendido la cámara? – le contesta Ennoshita con un suspiro
- ¡¡HOLA!! – dice tras un click. No puedo evitar reírme porque está muy encima del ordenador y solo se ve su nariz y boca.
- ¡¡OYE NISHINOYA!! – oigo a Tanaka por detrás. Me quedo paralizada. ¿Es que están todos los de segundo allí? Efectivamente. Cuando se retira puedo ver que los cinco de segundo están en la desordenada habitación de Yuu
- ¡¡Hola!! – dicen al unísono
- ¡Hola! – les respondo, aguantando las lagrimas.
- Os dije que no era buena idea...
- Cállate, Narita
- Oh, venga ya, tranquilizaos todos. Es solo que me habéis sorprendido – les digo con una sonrisa. Y todos me la devuelven.
Me cuentan que tal les ha ido la práctica de hoy, que tal les va a Yachi y Kyoko-san... Me sorprende escuchar que Hinata y Kageyama se han peleado y ahora no se hablan. Después de ponerme al día me toca a mí. Les hablo sobre mi nueva clase (Tanaka y Yuu tienen demasiado interés por las chicas del Nekoma y agradezco que Ennoshita les dé una colleja por mi) y que soy la nueva manager del equipo de vóley.
- Por eso Yamamoto estaba tan toca-narices hoy... - dice Tanaka mosqueado
- ¡Venga Ryu, animate! ¡Eso significa que vamos a ver a Sonja más a menudo!
- Es que tú no has visto el tono que ha usado...
- ¿Te animaría saber que ha llorado cuando se ha enterado que tenía manager?
- Pues... Si, un poco sí. – dice aun con el ceño fruncido.
Seguimos hablando un poco más hasta que se tienen que ir a sus respectivas casas. Nos despedimos y quedamos en hacer esto una vez por semana para mantener el contacto. "Ni se te ocurra olvidarte de nosotros. Vas a seguir siendo del grupo del segundo" me amenazan al despedirse.
Apago el ordenador y una pieza en mi interior encaja con el resto. Que ahora este en el Nekoma no significa que tenga que dejar de ser amiga de los del Karasuno. Hinata y Kenma. Tanaka y Yamamoto. Kuroo y el capitán del Fukurodani... Todos ellos son ejemplos de amistades que han surgido en el enfrentamiento de dos equipos. ¿Por qué pensaba que no iba a poder mantener las mías? ¿Por qué creía que tendría que sustituirlos? Y con ese alegre pensamiento me duermo.  

Un nuevo gato en el NekomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora