CAPITULO 4

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Al dia siguiente enterramos los cuerpos de nuestro amigos, luego ofrecimos un vanquete a amigos y familiares de ellos y de las demás personas que quisieron acompañar

–Leila gracias por entretenerla este rato— digo a mi amiga.

–Tranquila, lo hago con todo placer— dice ella haciendo un gesto chistoso

–Te molestaría, tenerla un rato más.

–Claro que no, tu ve a ocuparte de lo que quieras, yo tengo a esta hermosura.

Cristian se me acerca y me toma de la cintura y me lleva hacia la cocina.

–Es ahora o nunca, hay que buscar quien de los primos se puede quedar con ella y de última el padre— dice en un susurro.

–Perfecto vamos juntos o separados?.

–Juntos— dice el y así lo hacemos.

Los primeros parientes tienen nueve hijos, la mujer se llama Mía y el hombre se llama Ethan.

–Se nota que no perdieron tiempo– les dice Cristian y yo sólo sonrió y le doy un codazo, en desaprobación.

Cuando vamos con la segunda y creo que la ultima nos dice que está de gira por Atlanta pero que no podía faltar a esto de lo del velorio ya que eran muy unidas con Kate cuando eran pequeñas.

Cuando le pregunto en que espectáculo, me dice que tenía que bailar en “conejos saltarines" un bar donde las chicas son prostitutas por lo que se, y a Cristian se le iluminado los ojos.

Entonces lo llevo en donde se encuentra el padre de Elliot, pero como Leila se tuvo que ir, ahora tenemos a Ava con nosotros.

Cuando llegamos donde se encuentra el viejo, vemos que esta sentado y conectado a un tuvo de oxígeno y empezamos una charla casual con el.

–Como usted sabe, es importante que Ava conosca a su abuelo–

–Es igual a Elliot– dice el señor apuntando a la bebé.

–Para mi es igual a usted– dice Cristian y yo solo lo miro mal y el señor sólo sonríe y la mira con ternura.

—Entonces usted vive en Miami?– cuando está por responder Cristian lo interrumpe.

—Es que como Ava es su única nieta pensábamos que pues…como usted es el pariente...— dice y se rasca la nuca nervioso.

–Estábamos pensan…–digo pero me interrumpe Ava quitándole el respirador al pobre hombre.

Yo corro a socorrer al hombre y Cristian toma a Ava y la sienta en su regazo, una vez que el hombre vuelve a respirar más o menos bien exclamó.

–Sigue vivo!!!– digo poniendo mis brazos en jarras y dando un largo suspiro aliviada

–Viva!!– dice Cristian moviendo las manos de Ava.

Cuando todos se van, los dos caemos rendidos, estábamos un poco cansados y algunos nunca se iban.

–Podemos elegir a la familia de los nueve hijos, al menos los mantiene con vida.

—Claro que no.

–debo admitir que me gustó la stripper– dice y se lame los labio y yo lo miro mal.

–A ti te viene bien hasta una muñeca inflable.

–Tu que sabes, tal vez hago que cobre vida con mi pene magico– dice y se va y yo le lanzó un almohadon y me recuerdo en el respaldo y doy un largo suspiro.

Padres Sin EleccionWhere stories live. Discover now