Uno

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Sus ojos comenzaron a moverse en diferentes direcciones, con la boca semiabierta y dando ligeros suspiros, tranquilo y sin nada que le preocupase. La luz que se filtraba por la pequeña ranura entre sus párpados fue cada vez más insoportable al punto que su sueño se vio interrumpido.

—Mh...— murmuró con pereza revolviéndose un poco más debajo de las tibias sábanas. El calor de la habitación era agradable, hacía que su piel se volviera pegajosa. Necesitaba una ducha. Soltando un suave suspiro, abrió los ojos lentamente para poder enfocar su habitación.

Pero aquel lugar estaba muy lejos de ser su cuarto de hotel, una habitación pequeña y hasta cierto punto encantadora, su corazón comenzó a latir con fuerza al imaginarse en un lugar desconocido y de aquella calidad, las paredes estaban resquebrajadas, los muebles polvorientos y viejos. Se incorporó lentamente en la cama, detallando con la mirada cada aspecto de aquel sitio poco confiable.

—Ja...— suspiró alguien a su lado, el más alto abrió los ojos con mayor sorpresa al divisar al joven acostado a un costado, apacible y dormitado.

ChanYeol tragó duró y se apartó de aquel chico desconocido, bajó de la cama y comenzó a buscar sus cosas por todo el lugar, grata fue su sorpresa cuando se dio cuenta que no vestía nada más que los pantaloncillos cortos que llevaba puestos el día anterior, sus nervios se controlaron y de esa manera pudo encontrar con mayor rapidez su polera.

—Mmh...— aquel joven de oscura cabellera seguía descansando sobre el aguado colchón. ChanYeol terminó de ponerse los tenis y buscó la salida con urgencia. No sabía qué hacía ahí pero debía regresar al hotel con sus amigos en cuanto antes.

—¡PARK CHANYEOL! — Escuchó su nombre ser gritado desde el exterior, el mencionado volteó a todos lados y de la puerta provinieron fuertes estruendos, un puño llamaba con insistencia a la habitación —¡PARK CHANYEOL!

—Eh... s-si— dijo apenas en un hilo de voz.

—¡¿Tú eres Park ChanYeol?! — la voz de aquel hombre parecía ya no estar gritando pero aun así su tono habitual era bastante fuerte, tocó un par de veces más, estrellando su puño contra la puerta.

—¡S-si! Yo soy— afirmó el chico tomando la perilla.

—Te buscan en el teléfono— dijo la otra persona en voz alta, alejándose del cuarto.

—...¿Quién hace tanto ruido? — preguntaron desde la cama, ChanYeol giró la cabeza, recordaba su voz, pero no su rostro. El joven se tapó con las sábanas y prosiguió a seguir durmiendo. El más alto aprovecho aquello para salir corriendo de la habitación y atender la supuesta llamada que tenía.

Al salir de la habitación, un largo y oscuro pasillo cubierto con azulejo desgastado lo recibió, caminó temeroso de aquel lugar y llegó hasta lo que pareció ser una especie de bar de mala muerte. Un hombre de apariencia descuidada atendía en la barra, limpiando los tarros de cerveza con un paño usado. Hombres de avanzada edad se encontraban sentados en las mesas despostilladas de madera, el nauseabundo aroma del tabaco barato y un grupo musical con nulo talento estaba amenizando la tarde.

—¡¿Park ChanYeol!? — volvieron a gritar su nombre, el nombrado giró la cabeza en la dirección que lo llamaban y fue hasta donde el chico de piel canela y brillante sonrisa le extendía el teléfono.

El más alto lo tomó con desconfianza, queriendo pasar una toallita desinfectante en el auricular pero no queriendo perder más el tiempo, colocó el aparato cerca de su oreja y evitó tener el parlante demasiado cerca de su boca.

—¿Diga?

—¡Mierda! ¿Sigues ahí? — respondieron del otro lado de la línea.

—¿Tú sabes dónde estoy? — no necesitaba ser un genio para reconocer la inconfundible voz de JongDae su mejor amigo.

Cuando Se Oculta El Sol [ChanSoo]Where stories live. Discover now