;; 🎀 siete 🎀 ;;

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Toddy me abrazó apenas entré a la escuela. Comenzando a hablar de su drama amoroso con Tiburoncín, al cuál mucha atención no le presté. Entiendo porque luego se enfada conmigo, a veces la ignoro y ella me escucha.

- Entonces luego llegó un unicornio y...

- ¿¡Qué?! –chillé, mirándola confundida.

- ¡Ja! –me señaló con su dedo índice, sonriendo victoriosa. - ¡Sabía que no estabas escuchándome! –suspiró.

- Lo lamento. –sonreí nerviosamente y jugueteé con mis dedos.

- Bien, te decía que nos besamos. –abrí los ojos cómo platos. – Y hubo lengua. –mi mandíbula toco el suelo. – Y mordida. –estaba a punto de hacer otra cosa pero me detuve.

- Espera, ¿no te arrancó el labio con esos dientes de tiburón? –dije divertida y ella me dio un golpe en el hombro con diversión.

De repente, Toddy paró de reír y miró algo delante de nosotros. Traté de dirigir mi mirada hacia allí pero ella me detuvo por los hombros.

- ¿Te gusta sir tomates, no es así? –asentí con la cabeza, sabía que se refería a Springtrap. – Pues está hablando con Meg. –apreté los puños y volteé hacia dónde ellos estaban.

El pelimostaza se veía bastante incómodo mientras ella le tocaba el pecho, se enrollaba el cabello o se mordía el labio "coqueta".

Caminé hasta ellos dando pisotones. No me gustaba ni un poco que ella hablara con Springtrap.

- ¡Hola Spring! –saludé, abrazándome a su brazo. Él se volteó hacia mí, inclinándose para besarme la frente. - ¿Cómo estás?

Escuché un bufido y luego vi a Meg alejarse a lo que sonreí con satisfacción.

- Yo estoy bien. –sonrió algo pícaro. – Pero tú estás celosa, Enana.

Mis mejillas adquirieron un color rojo y comencé a balbucear.

- ¡Claro que no! –chillé y me crucé de brazos.

- Tranquila, me alegra saber que no soy el único que se pone celoso. –pasó sus brazos por encima de mi cabeza, pegando mi rostro a su pecho.

- No estaba celosa. –dije, mientras le devolvía el abrazo.

- No trates de negarlo, detecto los celos. –besó mi coronilla y sonreí. – Tu cabello huele rico, ¿qué shampoo usas? –reí inevitablemente y él me tomó de las mejillas.

- Yo no estaba celosa. –repetí y el pelimostaza rodó los ojos.

- Te creo, Enana. –dijo con –claramente – sarcasmo. Me mordí el labio y él sonrió. – La credibilidad de tus mentiras es igual a tus posibilidades de ganar un partido de basquetbol. –lo miré feo. – Exacto 0,00000001 porciento. –crucé los brazos y él sonrió.

- Me haces bullying. –le mostré la lengua, haciendo un puchero.

- Por Enana. –me dio un beso en la frente y volvió a abrazarme.

u*

Enana {Springtrap y tú}Where stories live. Discover now