Parte única

1K 116 33
                                    


—Dazai—oigo tu voz llamándome en un susurro—¿Estas despierto?—siento el suave tacto de tu mano zarandeando levemente mi hombro. Suspiro ante la agradable sensación, inconscientemente extiendo los brazos, aun con los ojos cerrados, te aprisiono contra mi cuerpo, hundiendo mi rostro en tu cuello, me sumerjo en el deleitoso aroma natural de tu piel.

—No— contesto con pereza, estaba exhausto por el desvelo de anoche.

—Es muy tarde, tenemos que irnos— empujas mi cuerpo tratando de separarte de mi agarre, sin éxito alguno—Si la agencia se llega a enterar de nuestro encuentros, te despedirán—adviertes en tono de reproche. Sonrió por el comentario, aun escondido en tu cuello. Después de todo el que tendría que estar preocupado aquí deberías ser tú, pues la Port Mafia no era de tomar los actos de traición a la ligera.

—¡Dazai!— gritas cerca de mi oído exasperado al no recibir respuesta por mi parte.

Abro los ojos con bastante pesadez, soltando un largo bostezo, me separo a solo unos centímetros de tu cuerpo para poder admirarte mejor, aun sigues desvestido y con un gesto somnoliento como para recriminarme.

—Pues, así tendría mas tiempo para verte — digo con cariño, me acerco a tu mejilla y te doy un corto beso. — Buenos días, te ves hermoso hoy—y puedo notar como te sonrojas.

—No digas estupideces, apresúrate que no tenemos todo el día—me das la espalda avergonzado por el halago, te levantas apresurado, y tomando tus prendas comienzas a vestirte.

—Solo quiero disfrutarte un poco mas— admito apenado, y me vuelvo a tumbar, mirando perdidamente hacia el techo  —no sabremos cuando sera la próxima vez que —noto que giras ligeramente la cabeza— es decir, siempre estamos distanciados y las circunstancias no son las mejores— sonrío con amargura, me contemplas con una mirada angustiada, sabes que digo la verdad— ni siquiera tenemos la certeza de que habrá una proxi..—me interrumpes, cubriéndome la boca con una de tus manos, impidiendo que termine aquella frase que ambos temíamos escuchar.

Te acercas y llevando tus manos hacia mis mejillas, me besas desesperadamente, yo acepto saborear tus labios, tan suaves como el pétalo de una rosa y tan dulces como la miel—Ten la certeza de que te amo y siempre sera así— susurras sobre mi boca, acaricias mi rostro con dulzura y delicadeza, brindándome una sensación realmente placentera. Cierro los ojos, preso del cansancio que me domina y dejándome caer en los brazos de Morfeo, me desvanezco. 

—¡Dazai, despierta, maldita sea!— logro oír tu voz cada vez mas lejana.

Abro los ojos en un sobresalto, pero no estas mas aquí, tampoco se oye tu atenuante llamado. Solo hay oscuridad a mi alrededor y mi cuerpo parece no existir de lo adormecido que se encuentra. ¿Acaso estoy muerto o solo cegado? Hago el intento de comprobarlo y levanto un brazo con bastante dificultad, llevo la yema de los dedos a mi cuello, tanteando la zona, aprieto dos dígitos esperando alguna señal. Débil, casi imperceptible, pero, indudablemente eran latidos. Aun sigo vivo para mi mala suerte. Mi terco corazón insiste en seguir en pie, por mas que yo ya me eh lanzado al vació, mientras mas son mis ganas de morir, mas se aferra a la vida, que irónico. Desearía poder arrancármelo, pues no soy digno de poseerlo en mi interior.

La vida se había vuelto mucho mas tortuosa y miserable de lo que solía ser. El vació que me aquejó durante todos estos años se había hecho mucho mas grande, consumiendome desde dentro, alimentándose de mi desgracia, agrietando mi alma, haciendo pedazos mi voluntad, absorbiendome cual agujero negro, acababa con la poca humanidad que me quedaba.

Hace tres semanas eh decidido darme al abandono, dejar de comer y asearme, dedicarme en lo mínimo a beber agua y en lo posible no tratar de moverme, manteniendo una sola posición la mayoría del tiempo. Y paciente, aguardar el llamado de la muerte a mi puerta. Sin embargo lo único que lograba escuchar, eran los constantes llamados de mis compañeros de trabajo, al cual también deje de asistir, preocupados por mi lamentable situación. Recuerdo que tan solo Atsushi venia a tocar los primeros días de mi ausencia, algunas veces solo se disponía a llamarme y al no recibir respuesta se marchaba, otros días se quedaba a platicar de la agencia y como habían cambiado las cosas sin mí, con la seguridad de que lo escuchaba o siquiera me encontraba aquí.

Suicidal Sorrow [Soukoku] (BSD One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora