Capitulo 1

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Un leve sonido se filtra por la ventana, el sonido de autos a lo lejos y algunos pajarillos al exterior entonando sus dulces y no tan sincronizadas melodías. Un rayo de sol se filtra por una de las muy extensas cortinas de seda que cubren aquella lúgubre habitación a pesar de aquella tan deslumbrante mañana.
En el medio de esta habitación, un gran escritorio de roble se extiende en este, lleno de hojas de papel alrededor, sin poder notar mucho de lo que se encuentra debajo.

Sin aviso, algo se mueve sobre este inmensurable desastre, a lo cual, de forma lenta, se forma la figura de un hombre, dejando caer de lado muchos de los materiales alrededor .
-U-uhg... -se escucha un sonido que proviene del hombre, el cual, con el cabello alborotado y abundante cubriendo su rostro, de un leve color rojo y castaño. Entre las hebras de este, se pueden notar unos ojos un tanto apagados y con unas muy notables ojeras rodeandolos, era nada mas y nada menos, que Edgar Allan Poe, ex-miembro de el gremio, quien al parecer había tenido una agotadora noche, escribiendo un nuevo proyecto causando que durmiese sobre su trabajo.
- ¿Que hora es? -se puede escuchar con una voz gruesa por lo adormilado que estaba. -¿K-Karl? - pregunta, ahora intentado aclarar su vista, y estirandose para que sus músculos dejaran de estar tan tensados. Ahora se une al escritor americano, un pequeño animal el cual siempre le acompañaba, subiendo a su hombro y poniendo sus patitas en su rostro, Poe, tomando esto de una forma graciosa ríe para el animal, el cual no para de pasar sus patas en su rostro.
Ahora subiendo su mirada hacía un gran reloj de péndulo, el cual se encontraba del otro lado de la habitación, apenas notando con la poca luz que se filtraba que ya pasaban de las 10:00 a.m. Lo cual causa que se levante de golpe y diga -no puedo creer que sea tan tarde ¿¡Karl por que no me despertaste antes?!- pregunta algo desesperado por la hora que era, como si el animal fuese su ama de llaves la cual se encargaría de cuidar de este.
Ahora juntando la gran cantidad de hojas que había en el escritorio, las cuales no parecían tener un orden en absoluto, pero el sabia exactamente lo que había escrito así que ordenarlas no sería un problema.
-A-ah... Voy a llegar tarde a la cita con Ranpo-San... -exclama algo desalentado y sonrojandose por lo que dijo, ahora mirando de nuevo el reloj y calculando la hora a la que llegaría a su cita, bueno, no podía decir que fuese una cita de pareja o algo así, aunque eso le ha hecho dudar muchas  veces, Ranpo solo era un rival detective para el cual se esforzaba demasiado en escribir novelas de misterio para poder ponerlo al limite y recibir aquel reconocimiento que siempre quiso, y más si viniera del actual mejor detective del mundo, ¿el realmente quería eso? no había tiempo para estar haciéndose ese tipo de preguntas y mas ahora que el tiempo es lo que le persigue.
Colocando la gran cantidad de hojas dentro de un sobre, toma su abrigo, aunque fuese un soleado día se negaba a ir con ropa común fuera. - vamos Karl, estamos cortos de tiempo- dice ahora señalandole al mapache que suba a su hombro, el cual lo hace y lo mas rápido posible sale de su muy lúgubre pero cálido escondite.

Después de un corto viaje a causa de que uso el tranvía, llega al punto de reunión citado por Ranpo, el cual le sorprendió al ver que era una simple cafetería. Después de estar unos minutos parado frente al lugar aún sin ver al detective, con un sobre el manos y su compañero en hombros, no sabe que hacer ante las multitudes y peor si se trata de un lugar tan concurrido como este tipo de local.
Ahora, planteándose cientos de especulaciones y posibilidades de por que Ranpo no se encontraba, aún cuando este había llegado tarde ¿un secuestro?¿escapo?¿lo asesinaron?No, ninguna de esas posibilidades el era demasiado genial y astuto como para que algo tan simple como eso le pasara. ¿O no?

¿Solo Una Historia?Where stories live. Discover now