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Antes de que siquiera existiera algo, todo lo que miramos sobre nuestras cabezas estaba colmado en la nada.

Según los escritos pasados, los cuales han sido estudiados a fondo por las mentes más analíticas, lo que conocemos cómo algo se formó a partir de una gran explosión que generó la expansión de masa y materia, dando lugar a la formación de distintos Universos compuestos por galaxias y vías lácteas con sus respectivos sistemas; se creía saberlo todo lo conforme a Cruinne, el solitario planeta ubicado en un extenso sistema solar, todo hasta que el mismo solitario cuerpo se vio frente a un invasor compuesto de estrellas y otro par de planetas brillantes rodeados de gruesos anillos.
Las mentes brillantes y analíticas se quedaron sin habla, casi tirando baba ante la enigmante esperada invasión y es que, ¿cómo podían explicar ellos que un par de planetas que hace un par de días estaban a millones de años luz se encontraran a nada de estrellarse contra sus cabezas? De la nada, todo pareció quedar explicado cuando al Oeste de Siar apareció una pequeña niña con una marca extraña en su pecho, ¡la pequeña tenía aquella vía láctea en su ser, aquella que estaba a punto de estrellarse contra todos! El terror de morir en una explosión fatal quedó exterminado cuándo la vida de la niña fue arrebatada por un científico celoso. Pero eso no fue todo: después más hijos de la nada, denominados así por prácticamente aparecer por arte de magia, comenzaron a aparecer en todas partes, desatando guerras cortas, algunas largas sólo por el control de Cruinne y el propio sistema que ellos contenían en alguna parte de sus cuerpos. Guerras eran desatadas a partir del sueño de hijos de la nada por poseerlo todo debido al sistema dentro de sus cabezas, otros hambrientos de poder al tener el sistema sobre sus troncos, unos con el enfermizo requerimiento de tener a todo humano alabándolo al tener su sistema en la planta de los pies.... Cada hijo de la nada contenía un sistema distinto, cada uno con una necesidad diferente pero al fin y al cabo igual: tenerlo todo.

Después de un tiempo y varias guerras, se creía tener todo controlado, pero no se tomaba en cuenta que en algún rincón de Áit se encontraba un pelinegro de nombre Min YoonGi, un pequeño que no se dio cuenta del poder que tenía hasta que tomó las manos de una linda niña castaña llamada Min YoonRin: ambos pequeños se conocieron por casualidad en el jardín de infantes, donde en un juego juntaron sus manos, iluminando el sistema paralelo en sus palmas al mirarse a los ojos: ambos eran hijos de la nada, ambos tenían un sistema contenido en sus manos, ambos eran cómo reflejos paralelos uno del otro.
Con el tiempo, los pequeños con lunares debajo del labio inferior se hicieron grandes amigos, declarándose prácticamente hermanos después de años puesto que hacían todo juntos, incluso ambos tenían el mismo sueño enfermizo de tener el poder sobre todos. Y así fue: pasado el tiempo y ambos con 21 años comenzaron una guerra catastrófica que se llevó miles de vidas inocentes al igual que varios planetas y constelaciones porque sí, su plan incluía llevarse entre las manos a los hijos de la nada que se atrevieran a retarles con tal de recuperar la calma, más cuando se dieron cuenta que era más sencillo al ser ellos dos contra uno.


Actualmente Cruinne era reservorio de personas manipuladas por las manos de ambos mellizos a su antojo, siempre cubierto de una espesa nube obscura, cosa que les dificultaba incluso saber cuando era día y noche.
Pero no todo estaba perdido en aquel lugar: en los rincones bajos de Freasúra se encontraba el mayor grupo de opositores de la dictadura de los Min, siempre intentando aliarse con otros grupos para hacerse invencibles ante el par de mellizos. Eran sigilosos y bastante rudos, todos menos Kim TaeHyung, un pelmazo hecho hombre.

¿Tae, te importaría ir a sacar a las ratas a pasear entre la basura? —se escuchó una chillona voz que pateaba una piedra—, es que no queremos que se mueran de aburrimiento aquí dentro —refunfuñó, pateando la piedra fuertemente, haciéndola volar—. ¡No soy tonto, no voy a delatar el plan de-...! —un gemido de dolor interrumpió las quejas infantiles del rubio, quién tomó una vara del suelo para defenderse—. Q-¿quién anda ahí? —tartamudeó, acercándose al montón de basura que había frente a él.

Cruinne || 𝚅𝚔𝚘𝚘𝚔/𝚃𝚊𝚎𝚔𝚘𝚘𝚔 OSWhere stories live. Discover now