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Charles acarició el lomo de Azazel con suavidad. Para haber sido su primer día se había mostrado dócil y dispuesto a obedecer. Sin embargo no podía decir lo mismo de su dueño. Recordó la escena con la pequeña y su mini discusión y se tensó.

En líneas generales él solía tener un humor apacible, pero el Duque lo alteraba. Como alguien podía ser tan frío y estricto con una niña tan dulce?

- Hey! estás aquí Charlie? - Charles parpadeó varias veces hasta que enfocó su vista en quien lo llamaba. Al parecer se había distraído con sus propios pensamiento.

- Oh, Logan. Sí, estaba por cepillar a Azazel. - Le mostró una cordial sonrisa y el hombre asintió con un gruñido.

- Bien, veo que tienes amansada a esa pequeña bestia. - Señaló al caballo y tras apoyarse cruzado de brazos en una pila de heno, se dispuso a observarlo hacer su tarea.

- Azazel tiene mala fama, pero te sorprendería lo dulce que es. Su rebeldía es pura fachada, verdad pequeño? - Charles besó su hocico y el caballo movió la cola en señal de aprobación.

- Mmm, no creo que puedas decir lo mismo de su remilgado dueño. Verdad? - Logan sonrió socarronamente.

- Yo... bueno, no lo conozco en demasía. - Charles comenzó a peinar el brilloso pelaje del caballo, ocultándose de Logan. No quería que se notara en su rostro que sí estaba de acuerdo con lo que había dicho.

- Las malas lenguas comentan que hoy tuvieron un altercado... - Logan rió al notar como se tensaba la espalda de Charles. - Vamos, niño. No hay secretos en Eaton Hall, mucho menos si la discusión ocurre en medio del jardín. - 

- No fue nada grave, simplemente disentí en su trato con su hija. Es todo. - Habló en el tono más indiferente que pudo. No quería hablar mal del Duque a sus espaldas, ni de nadie. Él sólo estaba ahí para trabajar.

- ¡Logaaaaaan! - Una voz chillona interrumpió la incómoda conversación, y Charles volteó para ver al dueño. Era un pequeño niño de pelo plateado, que corría con una sonrisa ancha en su rostro.

- Demonios, Pietro. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no corras? - Logan lo regañó justo cuando el niño lo abrazó cariñosamente. El hombre le dio unas palmadas en su espalda (al parecer era el único lenguaje corporal que manejaba) y Charles rezó porque fuera más suave que lo que había sido con él.

- Logan, sabes que a padre no le gusta que uses esas expresiones. - El niño regañó al mayor con severidad y éste soltó una gran carcajada.

- Tú padre me tiene sin cuidado, mocoso. Ahora dime qué haces aquí? Ya tu hermana fue regañada hoy, quieres ser castigado tú también? - Logan inquirió mirándolo con desaprobación.

- Yo sólo quería saber si mañana me darás mi clase de equitación. - El niño lo miró con un leve puchero en el rostro y Charles notó el increíble parecido que tenía con Wanda. Al parecer el Duque tenía dos preciosos hijos.

- Sí, niño. Mañana, ahora vete. - Logan le dio un pequeño empujón para que se fuera pero el niño se detuvo mirando fijamente a Charles.

- ¿Y tú quién eres? Jamás te he visto por aquí. - A diferencia de Wanda, el pequeño poseía el mismo aire petulante que su padre.

- Mi nombre es Charles, soy el nuevo entrenador de Azazel. - Charles le hizo una leve reverencia.

- Oh! Yo amo a Azazel pero padre dice que aún soy pequeño para poder montar en él. Además todos dicen que es malo! - El pequeño explicó con efusividad y Charles no pudo evitar sonreír.

- Tal vez en unos años puedas! Primero tengo que encargarme de que sea seguro para cualquiera que lo quiera montar. - Charles explicó con simpatía mientras el niño miraba con admiración al caballo.

Educando al Duque (CHERIK - AU)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon