Confesiones de una adolescente

Elijo vivir

Capitulo 4.

Disfrutare mis días de adolescencia con todo el dolor y los daños. Con cada marca y con cada cambio. Porqué ciertamente, tal vez luego crezca para vivir una vida apresurada. Dejando mis sentidos de lado, ahogándolos. Porque no habrá tiempo para dejar doler, para reír o para amar. No habrá tiempo para desangrarse en llantos hasta las dos de la madrugada, reír en voz alta hasta no poder más o enamorarnos de extraños. No habrá tiempo para permitirnos ser humanos. Para cometer errores. Para darnos el lujo de destruir nuestro castillo de naipes y reconstruirlo desde el principio con la misma emoción de la primera vez.

Disfrutare mis días de adolescencia porque la vida es efímera. Porque nos convertiremos en fotografías y recuerdos de alguien más. Porque mañana ya serás tan solo una memoria más para mí. Y quiero recordar sonriendo, o llorando. Yo que sé. Pero al fin y al cabo dándome el lujo de ser todo aquello que nos hace ser humanos. De realmente vivir en vida, de sentir. Y de respirar sin remordimientos. Habiéndome arriesgado a ser yo. Perdiéndome y encontrándome las veces que lo sentí necesario.

Disfrutare mis días... Porque la vida no tienes secuelas. Ni habrá una segunda parte. Pero podre siempre ir por los finales felices si yo misma escribo mi destino y lo imprimo en las palmas de mis manos. Golpeando al odio con amor. Amor hacia mí, amor hacia los demás. Amor hacia la vida.

Yo, elijo vivir.