único

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Las letras en cursiva son parte de la canción la cual me inspiré a hacer esto, algo modificadas para que tuviera sentido. 

— ¡Muy bien, muy bien, de eso estaba hablando!— Exclamó Hashirama, con las mejillas sonrojadas debido al alcohol, me provoca un poco de gracia verlo en ese estado, tan borracho desde que lo conocí, lo bueno es que eso sacaba un poco de su molesta personalidad que no podía evitar resultarme agradable. Alguna que otra persona empezó a reír, decía cada cosa.— ¡Y ahora! Un aplauso para el padrino, ¡Madara Uchiha!— Me apuntó a mi, yéndose a sentar para así hacer que todos me pusieran atención.

Me paré de mi asiento, con una copa en mi mano.

— Un brindis por el novio.— Observé a Tobirama, con una sonrisa forzada en mi rostro, me costaba bastante poner una expresión alegre con él delante.— Por el otro novio.— Desvié mi mirada a mi dulce hermanito, quién estaba radiante, con sus ojos brillosos.— De parte de su hermano, quién siempre está a su lado.— Todos aplaudieron, me salió rima.— ¡Por su unión, por la revolución! Y la esperanza de que provean. 

Noté como el menor de los Senju, Kawarama parece que se llamaba, se le humedecían los ojos y trataba de ocultarlo en frente de sus acompañantes, me preocupé un poco, no ha sonreído ni falsamente durante toda la fiesta, y sé más que nadie que el no era el único que no estaba de acuerdo con ese matrimonio.

Pues yo, en el fondo, no quería que esto pasara, aunque lo busqué.

— Y que siempre...— Me empecé a sentir mal de repente, todo ante mi daba vueltas, saqué la conclusión de que ya era por el alcohol, así que proseguí.— Estén satisfechos... 

Y todo comenzó a ser oscuro, la gente a mi alrededor se veía borrosa lentamente hasta que desaparecían, traté tallarme mis ojos pero empecé a caer en un oscuro abismo.

Todo empezó a rebobinar ante mi.

Y...

Empecé a recordar esa noche en que...

Esa noche en la que lo conocí. 

Las imágenes de mi hermano, de Tobirama, de aquella noche en donde empezó todo este infierno para mi.

Y caí al suelo, para luego levantarme y echar mi larga cabellera para atrás. 

Recuerdo esa noche, puede que me arrepienta de esa noche por el resto de mis días. Recuerdo a esos jóvenes soldados y jóvenes chicas que se precipitaban al tratar de ganar nuestros halagos. Recuerdo que la luz de las velas era de ensueño, como un sueño que no puedes recordar del todo.

Me vi a mi, estaba en la fiesta, traté de acercarme a mi mismo pero no hacía efecto en ese mundo. Era un recuerdo, estaba viviendo mi recuerdo como un ser omnisciente, seguí al Madara del recuerdo, aunque sabía que eso me dolería, ver como...como me enamoraba de ese estúpido Senju.

Vi como el prestó atención a como la puerta se abría, realmente, el peor error que haya cometido en mi vida.

Pero, maldita sea, Tobirama, nunca podré olvidar la primera vez que vi tu rostro.

No volví a ser el mismo después de eso, el poseía ojos rojos inteligentes en un cuerpo hambriento. El fijó su mirada en mi y se acercó.

— Hola.— Al escuchar eso, recuerdo que olvidé hasta mi nombre. 

Tobirama, le prendiste fuego a mi frío corazón, le prendiste fuego a mi ser. No fue un juego.

Empezamos a charlar en una mesa, el era un hombre bastante interesante, lo sé bien, nunca te puedes esperar que viene de él..

satisfecho; madatobi auWhere stories live. Discover now