1.EL DEMONIO Y LA INOCENCIA. 2.DULCE MAL.

Caminando sobre espinas.

Faith.

Azazel le tocaba el hombro para llamar su atención, dejo que hacer lo que estaba haciendo para mirar al ángel caído.

— Adirael a ordenado que te queden en la cocina. –Azazel le quitaba la jarra de oro que contenía el jugo de bayas negras com ambrosía– coloca cada plato en su bandeja, las demás lo llevarán.

— Yo puedo... –Azazel negaba– pero...

— Sólo haz caso. –Él la dejo, se quedo observando como salía por la puerta de roble sangriento–

Comenzó a colocar cada plato en sus respectivas bandejas, los cubiertos de plata en orden, noto a Cherif rascarse la cabeza y mirar curiosa a un pakan.

— Deberías dejar de hacerle bromas a los Pakans, ¿No tienes algo que hacer?

— Lo siento, me toca atender a los invitados.

Al recordar que él estaba ahí se le resbalaron dos platos de porcelana junto cuando Azazel entraba furioso y discutiendo con dos sirvientas más.

— Cherif, recoge los pedazos. –Azazel se iba hacia otra esquina de la gran cocina y sacaba una vajilla nueva– limpia la vajilla cuando termines, las demás vayan sirviendo la comida o me haré un festín con sus cabezas.

Todas salían corriendo, ella ayudo a Liliya a limpiar el desorden que había hecho, Darren siempre le pegaba cuando rompía algo o quemaba la comida, podía recordar el dolor de los golpes.

— ¡Cherif muévete! –Azazel iba aplastarle la mano a Liliya, ella puso su mano para que recibiera ella el golpe y no la pequeña, Azazel se detuvo antes de aplastarle la mano– Dos minutos y ya debes de ir a atender a nuestro señor.

Terminaron de recoger los pedazos, ayudo a Liliya a limpiar la vajilla.

— Olesya...

Alzo la vista para mirar a Liliya que la miraba con curiosidad después de decirle su verdadero nombre, ella le recordaba... ¿A quién? No podía recordar y dolía porque sabía que era algo importante...

— ¿Cómo fue tu vida? Me refiero estando en el mundo humano.

Los recuerdo sobre ella con Blake llegaron como lluvia de estrellas fugaces, hermosos pero cortos, sonrió a Liliya.

— Mi vida humana fue... –No podía encontrar la palabra adecuada– normal...

Darren la había amado... ¿cierto? Ella... Había algo entre ese recuerdo, un pieza faltante.

Muchos no entendía la forma de amar de algunos.

— ¿Normal? –Repetía Liliya– no entiendo... ¿No deberías estar en el cielo?

Soltó el pañuelo cuando sintió el poco aire salir de sus pulmones, su mente lanzaba pequeñas dagas de recuerdos que sólo jugaban con ella, volvía estar a la nada.

— Listo. –Sonrió forzadamente– olvídate de mi vida, es mejor que vayas a servir los postre.

Cuando Liliya se fue, ella pudo soltar el aire... El cielo.... Debería olvidar lo hermoso y frío que era, recordaba eso muy bien. Lo mejor sería olvidarlo y dejar ese recuerdo por la paz así no deliréis mucho. Se dispuso a lavar los trastes sucios, estaban tan concentrada que no noto la presencia de Cym.

— La bella y sufrida, Faith. –Esa hermosa voz tenía un doble filo– ¿cuánto tiempo sin verte?

— Mucho tiempo señor. –Respondió sin voltearlo a ver–

Cyam se apoyaba sobre la barra cerca de ella, su aroma a rosas le inundo los sentidos, el cabello ahora grisesco caía suelto, se tensó cuando Cyam jugaba con unos de sus mechones.