Capitulo I: El fin de año que llore.

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Maracaibo, 31 de diciembre del 2013.

Todo era risas y sonrisas, las cama estaban tendidas, el vino no había sido servido, la gran cena estaba lista y todos estábamos en familia.

No importo el ¿Por qué llegaste tarde?, Tampoco el que ¡Traje mas amigos!, todo era suficiente gran parte del mundo ya estaría durmiendo y ya habría pasado el feliz año pero, en Venezuela no.

Yo reía y ayudaba a mi mama, todo se veía delicioso y aunque estuviéramos en tiempos de crisis, seguíamos con las tradiciones de los otros años comiendo hallacas, arroz con leche, ensalada blanca, manjares y quesillos, eso nunca podía faltar en una noche tan importante como esta.

Mis hermanos corrían jugando juegos artificiales o como decimos en mi país, cohetes, mi familia reía y hablaban alegremente, todos los vecinos traían dulces y nosotros mandábamos a mis hermanos a llevar uno que otro detalle también.

Cuando el reloj, marco las diez de la noche todos estábamos en la mesa, nuestra tradición era tomarnos de las manos dar las gracias a Dios por el año que paso y también por el que viene bendecíamos los alimentos y cenábamos tranquilos.

Después a las once, sacábamos las maletas todos los mayores nos regalaban dinero para que el año que viene no estuviera sin dinero, las uvas y manzanas no podían faltar los juegos artificiales mas grandes que iluminan el cielo los ponían todos los vecinos.

A lo que el reloj, marcaba las once y media todos nos veníamos de donde estábamos para nuestras casas a contar lo mas bonito que nos paso en ese año y también las cosas tristes y los que no nos acompañan.

Reíamos y llorábamos faltando quince minutos para que ese grandioso año se acabara otra costumbre del venezolano, sacar la radio y escuchar villancicos y gaitas, mientras cantábamos.

Faltando solo cinco minutos para acabar el 2013 hacíamos un círculo abrazados y pedíamos un deseo cada uno, desde el más mayor hasta el más menor, "Yo deseo paz y tranquilidad a Venezuela", dije cuando me toco a mí, mi tío Alberto siempre encendía los juegos artificiales por el más valiente.

La cuenta regresiva comenzaba y mis manos sudaban como en otros años, todos decíamos con una sonrisa, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, de mis ojos salían lagrimas y no lo entendía, cuatro, tres, dos, uno, "Feliz Año" gritábamos abrazados.

¿Lo Que El Mar Se Llevo?Where stories live. Discover now