Adore.

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  Lovely girl you're the beauty in my world
Without you there aren't reasons left to find  

•••

Acuarela liquida caída del cielo inundaba la tierra corrompida. Por los prados ceniza se movía cual víbora, nadando en el elixir arrebol, jalea de los zaínos.

Las vísceras serían recortadas y arrancadas a mordiscones, mientras el cerebro aun continuaría ahí, en la cavidad craneal de manera tal de que la víctima a cercenar, fuera consiente del dolor impartido por una intención amorfa de sentimientos incultos y poco reconocidos.

La intención impulsaba a la materia desgastada, descompuesta de pensamientos atrofiados como esos ojos perdidos en un punto fijo del tejido fibroso.

Y sí.

Aquello que creyó haber visto y supuesto como una débil presa congelada, no era más que un blanco tintineo, luz prohibida la cual derrite vampiros nocturnos. El vaho nebuloso ingresaba con sutileza hacía sus adentros y el desengaño de sus pupilas le obligaban a presenciar la matanza para-simbólica de sus compañeros de escuadra.

Es por ello que flexiona sus piernas para acercarse al enemigo, llevando una bandera de rendición en alto y los dedos de las manos y los pies cruzados, sonreirían fugazmente y le dedicaría un suspiro de verso poético.

Resultaba ser que se habían conocido por causalidades del destino y así lo aceptaban, tal y como se suponía que debía ser: uno destripando a suerte de blasfemia londinense y la otra coparticipando de las desventuras de un pseudo-Sherlock Holmes y su parvada de abanderados de la justicia. Casi y dándole un toque místico a las vidas pueblerinas de suburbio.

Caminaría al son de la sinfonía compuesta por los últimos suspiros de los cadáveres agónicos, presuponiendo que el mismo infierno había encarnado en la tierra. Los predecibles sonetos del apocalipsis y de un final catastrófico saldrían despavoridos por cortesía feligresa – amedrentando— y eso lejos de ser un motivo de huida, era una elocuente fantasía cumplida. Entretanto la luna alumbraría su rostro tenuemente rogando por no tener que virar a la derecha en donde una caverna disfrazada de callejón pétreo, amenazaba con destruir su farisea armonía.

Por lo que resonaran sus tacones negros, lo adoraría.

Y besaría sus pasos, si ha de ser una condición.

Lo amaría, a él; laxo envilecido, cafre, atroz, sangriento, desdichado, salvaje, ultrajante, hasta el punto de que sus pies no fueran capaces de sostener sus carnes, imitando a las blancuzcas alevillas amando al temblor de verano. Ella siempre sería para él, esa flor desflorada y poco colorida del resto del jardín, alimentándose de un affaire insano, masajeando sueños rotos de abril y mayo, tanteando frágiles amaneceres de magulladuras en sus muñecas y pies entumecidos.

Siendo la sombra blanca diluirse en la penumbra del sol eclipsado, mientras sus moras frescas reflejarían el rostro del tormento, como reacción apretaría su puño hincando sus uñas en las palmas sanadoras y le mencionaría lo riesgoso de su acercamiento.

Él reiría cínico logrando que ella apretara un poco más su mandíbula de hierro, la cual es acallada por extraños impulsos enmudecidos atestados de vociferaciones e injurias volátiles, en su extremo contrario, aquello la resguardaría de confesiones susurrantes de poco más de media noche, a lo que ya está acostumbra, prematuramente, ceder sin rechistar en ningún momento haciendo un mal uso de una filosofía de vida alienante. La luna menguaría como un retoño negro y fulminaría las razones para mantenerla allí, plantada en la tierra de cemento frente al infecto-carnívoro.

Adore [Akira x Takizawa][Oneshot]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें