Mad Hatter

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¿No te cansas de tantas muñecas y colores rosas? ¡Eres un niño no un maricón!

Sus ojitos llenos de lágrimas abrazaban a aquella muñeca de cabello rosado, sus lágrimas rodaban libremente por sus mejillas mientras sus sollozos eran ahogados por el abundante cabello rosado de su juguete, su hermano no estaba su madre se encerraba todo el día tomando y su padre aprovechaba para entrar a su cuarto y golpearlo además de tocarle, los ojos de todos sus muñecos lo observaban a el, las muñecas tenían una expresión triste —a la vista del niño— mientras algunas no le miraban, la noche comenzaba a caer y la pelea de los padres ya se hacia una rutina cansadora, tomó a su muñeca con sus manos aún sollozante la abrazo cayendo al suelo de rodillas.

—Ayudame. —Murmuro el pequeño con los ojos llenos de lágrimas mientras acariciaba el rosado cabello de su muñeca—. Has que mi hermano vuelva, ¡que me salve! Quiero estar con el.

Boto la muñeca al suelo y camino alrededor de su habitación ¿que tenía de malo? Eran rosas oscuros tirando a rojo, no veía lo malo, sus muñecas la mayoría eran niños sólo algunas eran niñas, y sus gustos... Eran completamente los de una niña... Evitó que un sollozó escapase de sus labios observando a todos sus muñecos, no tenía amigos. No tenía a nadie, sólo a su hermano mayor de quien se había vuelto sentimentalmente dependiente.

—Wirt. —Sus ojos llorozos miraron a la sirvienta de cabello pelo rojo—. Tu madre te espera, dice que bajes cuanto antes. —Murmuro sin mirarle, el pequeño asintió.

Tomó la misma muñeca con la que había secado sus lágrimas y salió de su habitación sin rodeos sin nada, al llegar al comedor se topo con la amenazante mirada de su padre, soltó un suspiro pesado para apretar a dicho juguete contra sus piernas, se sentó sintiendo el ambienté pesado gracias a la amenazante mirada del hombre sobre su persona, la mujer acarició los cabellos del niño haciéndolo estremecer podía sentir el olor a alcohol proveniente de Marisa pero sólo apartó la mirada y jugó con sus piernas.

—¿Me necesitaban?. —Preguntó cortes, la mujer soltó una risa escandalosa mientras el padre negaba frustrado—. ¿H-Hice algo mal?. —Se encogió sobre si mismo temeroso de la respuesta.

El hombre se levantó de su asiento paseándose por todo el comedor sería una reunión familiar deberían esperar por la persona causante de todos sus problemas.

¿Note cansas de tantas muñecas y colores rosas? ¡Eres un niño no un maricón!

Sus labios formaron una dura línea recordando las frías palabras del hombre, se levantó con una sonrisa torcida caminando a la cocina con su muñeca arrastrándose en el suelo, tomó una silla pequeña y la arrastró hasta la encimera donde reposaban los cuchillos más afilados del hogar, el niño miró los cuchillos con expresión neutra y tomó el más grande y filoso que vio, guardó el arma blanca en el vestido de su muñeca y volvió al comedor donde su padre lo miraba furioso.

—¡¿Que hacias en la cocina mocoso?! ¡La cena aún no esta lista!

—Lo siento. —Murmuro bajando la cabeza sonriendo de manera extraña elevando la mirada hacia los dos mayores—. ¿Porque me odian?

—No te odiamos cielo. —Intento consolar la mujer, a quien parecía su dolido hijo menor.

—Oh claro que me odian.

Su sonrisa se alargó mientras caminaba alrededor del comedor en ningún momento soltó a su amada muñeca, tanto por el arma por como la amaba.

Cry Baby |Beast×Wirt [C A N C E L A D A]Where stories live. Discover now