INTERPRETÁNDONOS

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¡OneShot en honor al cumpleaños de Edogawa Ranpo – Octubre 21!


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INTERPRETÁNDONOS


No sabrían delimitar el momento en que los "no se llevan bien" o "se caen mal" aparecieron. Y aún peor: ni siquiera fueron ellos.

Fue en el mes de octubre, cuando se formó un equipo élite. Llamados por Estados Unidos para resolver lo que se estaba gestando como "el crimen del siglo".

Eran un grupo de cinco, todos de diferentes nacionalidades y orgullosos. Y aún con eso, trabajaban relativamente bien. A excepción de Edogawa Ranpo, detective japonés, y Edgar Allan Poe, detective norteamericano.

¡Pero no por lo que todos creían!

Ranpo no hablaba bien inglés.

Poe no hablaba ni una gota de japonés.

Les iba horrible en sus intentos de comunicarse, a pesar que los demás, que dominaban mejor ése idioma, trataban de ayudarlos. Por eso evitaban trabajar juntos. Y de vez en cuando, y siendo sinceros, una pizca de ego se les atravesaba en el camino.

Aún así, Poe sabía que Edogawa no era malo. Y Ranpo sabía que Edgar era buena persona. Con lo poco, o nada, que lograban entenderse, se habían dado cuenta. Y por supuesto, lo listos que eran.

Sí era imposible olvidar el "impecable inicio desastroso" cuando se conocieron.

Ranpo había agregado "-san" al apellido Poe. Edgar no lo entendió, y terminó pareciéndole demasiado confianzudo que el japonés omitiera el "Señor", como en los modales occidentales.

Cuando sucedió a la inversa, Edogawa trató de calmarse y recordar que estaba en un país extranjero, cuando Allan lo nombró directamente "Ranpo", como si lo conociera de años.

Y por semanas cada uno vivió pensando, que el otro, era un atrevido. Cuando en verdad los dos poseían modales impecables.

Las reuniones del equipo no eran mucho mejores tampoco.

Tanto Edgar como Ranpo parecían interrumpirse intencionalmente cuando exponían sus ideas, lanzando preguntas, y tratando de lanzar sus propios comentarios e ideas. O por el contrario, permanecían tan callados que daba la sensación que no prestaban atención.

Todo eso trascurriendo en una única oficina amplia y privada, de alfombra gris y paredes blancas, con muchos pizarrones. En un edificio que pasaba desapercibido, aunque realmente fuera del gobierno. La naturaleza del trabajo era tan privada que debían pasar como empleados comunes.

Por lo menos cada uno contaba con su propio escritorio. Sólo que, incluso en eso, saltaban las diferencias.

La mayoría tenían pilas de documentos. Mientras que Allan más ordenado, prefería tener varios dispositivos para investigar. Entre tanto Ranpo, él no tenía casi nada, a excepción de fotografías, y muchas golosinas.

Poe no podía creer su forma de trabajar.

Y Ranpo no entendía porqué Edgar necesitaba tantos aparatos tecnológicos.

–La actriz liada definitivamente –trataba de comunicarse Ranpo, parado frente al escritorio de Poe–... la élite engañosa.

Mientras tratando de obviar el fuertísimo acento japonés, Poe luchaba por descifrar lo que le estaba discutiendo ¡Pero es que ni eso! Quizás se le escuchase algo rudo, pero según le dijeron los otros detectives, Ranpo hablaba muy jovial, no grosero.

INTERPRETÁNDONOS ::: RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora