The Fairest One

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"Tiene que ser hoy... DEBE ser hoy" murmuraba una y otra vez una elegante mujer de castaños cabellos y lujosa vestimenta, mientras caminaba de un lado a otro en su habitación "no podré aguantar su desagradable presencia por más tiempo, enloqueceré si vuelvo a verlo"

"Ya era hora que hicieras algo al respecto" se escuchó a una profunda voz comentar con desdén "ya se me estaba haciendo muy cansado tener que escuchar tus constantes quejas sobre aquel jovencillo"

"¿Creés que esta sea la mejor forma de deshacerme de él?" preguntó con inseguridad la mujer, acercándose a su preciado espejo mágico, que tenía forma ovalada y se encontraba junto a su tocador "¿No creés que lo mejor sería encerrarlo para siempre en una de las mazmorras más alejadas del castillo? Así no tendré que preocuparme de que alguien me traicione o de que mi plan no funcione"

Un inexpresivo rostro humanoide remplazó su reflejo en el objeto "pensé que tu más grande deseo era ser la más bella del reino" habló este "sabés que eso sólo será posible si él muere ¿verdad?"

La mujer suspiró profundamente "lo sé, pero...aún no estoy segura si debería confiarle este trabajo en alguien tan bajo como el cazador Lee. Su esposo es alguien muy cercano al mocoso engreído, eso podría traerme problemas"

"Es esa cercanía con el príncipe Sungyeol lo que lo hace el más indicado. Tu hijastro no sospecharía del esposo de su empleado de confianza" respondió el espejo mágico con malicia.

"¿Creés que el leñador acepte ser parte de mi plan?" preguntó la mujer.

"No deberías preocuparte por eso" respondió el espejo con disinteres "no creo que Lee sea capaz de negarse a cumplir la orden de su reina"

"Tienes razón, soy la persona más poderosa de este reino, Lee sería un completo estúpido si se atreve a negarse a cumplir mis órdenes. Su cabeza no sería la única que estaría en juego, la de su joven esposo y hijo también lo estarían"

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"Fue un verdadero placer bailar con alguien tan hermoso como usted, príncipe Sungyeol" decía un apuesto joven de profundos ojos negros y sonrisa gatuna mientras besaba con delicadeza una de las manos de Sungyeol, un bello joven de oscuros cabellos, blanquecina piel y labios rojos.

"El placer fue mio" respondió este con un profundo sonrojo coloreado sus pálidas mejillas "le agradezco mucho se haya tomado la molestia de invitarme a su cumpleaños, príncipe Myungsoo"

"No fue ninguna molestia" respondió Myungsoo con una sonrisa "como dije antes, es un placer tenerlo aquí"

Sungyeol sonrió tímidamente "espero que también me invite a la fiesta de su próximo cumpleaños" dijo casi en susurro.

"No creo que lo haga" respondió Myungsoo mirándolo con seriedad.

Sungyeol lo vio con tristeza "lo siento" dijo bajando la mirada "yo..."

El otro príncipe tomó su rostro cariñosamente "tal vez seas tu quien organize mi fiesta el próximo año" dijo depositando un suave beso en la comisura de sus labios "porque pienso pedir tu mano en matrimonio"

Sungyeol abrió los ojos desmesuradamente antes de sonreír de oreja a oreja "esperaré por usted, majestad"

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El frío viento de la noche silbaba fuera del carruaje que transportaba a Sungyeol. El joven príncipe aún no había borrado de su rostro la felicidad que sentía ¡se casaría en unos meses! ¡se casaría con el apuesto príncipe Myungsoo! Sungyeol ya empezaba a imaginar su vida junto al príncipe.