La noche de la desazón, por Miguel de Asén

NOCHE DE LA DESAZÓN

Esgrimí ilusiones con coraje e ímpetu, / forjé sueños en mi fantasía sin dueño, / tributos del destino fueron lágrimas, / renovadores anhelos que sólo marchitaban. / Se truncó la llave de los deseos, / y mi conciencia se quebraba ya./

El talento dormido no sabía emerger, / mil antiguas esperanzas se truncaban sin él, / mil claves de un ideal querían saciar un sueño, / y sólo mediocridad era la luz de la verdad. /

¿Qué queda cuando muere la esperanza? / ¿Qué aliento

conformará ahora mi ser?/ Sólo el designio de los tiempos tiene la respuesta, / sólo la quimera del azar ampara nuestra realidad. / Mil respuestas esperé en el viento, / y mil respuestas no encontré./

Sangra corazón, sangra sentimientos, / deja vacía tu entraña gastada, / la sombra es ahora tu única morada, / estertores de desazón cubren tu soledad. / Llama a la palabra con tus palabras huecas, / llama a la tediosa rima constructora de ripios, / sólo ella sabe tus mediocridades realzar, / sólo ella es tu amparo en la soledad./

Vacíos huecos que no saben morir, /

inconsistentes miserias que se llevará la brisa, / el aliento del olvido espera en la distancia, / la llama del recuerdo no quiere brillar mas, / ya no sabe con que poder brillar. /

Miedo a no saber querer, / miedo a no querer saber, / miedo a querer y nada ahora sé. / Y las palabras vacías siguen sin saber morir, / y los estertores últimos de mi fantasía pretenden aflorar, / y no sé ya ni que decir... /