Capítulo 32

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Mia: Vamos a la habitación y hablamos. - Dirigiéndose al ascensor

Llegamos a la habitación entramos y...

Christopher: Mia, yo

Mia: Christopher le dije si a Renato solo para que se sienta tranquilo, pero ni creas que te voy a seguir a cada lugar que vas, ya estas grande y puedes cuidarte, meterte con quien tú quieras, puedes traer a la chica que quieras acá a la habitación, puedes hacer y deshacer ¿Ok? – Abriendo la puerta

Christopher: ¿Enserio puedo traer a la chica que quiero acá? – Cerrando la puerta

Mia: Déjame salir – Mirando hacia un lado.

Christopher: Respóndeme – Sin quitarle los ojos de encima

Mia: Ya te lo dije, me tengo que ir. – Tratando de salir.

Christopher: ¿Para qué? ¿Para qué te vayas donde Joel? ¿Para qué lo vayas a besar a el? ¿Para que él te pueda dar placer? ¿Para eso quieres irte con él? – Tomando de la cintura y besándole el cuello

     Narra Mía:

     Me hace muchas preguntas que sabe que me cuesta responder, sabe que no es así y más aún besa mi punto débil. ¿Qué hice para que me gustaras Velez?

Mia: Suéltame Chris por favor – Estremeciendo su cuerpo entre los brazos de Chris.

Christopher: Me encantas ¿Qué me hiciste? – Hablándole al oído con la voz entre cortada.

Mia: Nada, solo so. Solo...fui yo – Gimiendo.

Christopher: Ni te imaginas lo que estas provocándome bajo el pantalón, bonita. ¿Déjame hacerte el amor? – Metiendo una de sus manos bajo la polera de Mia.

Mia: Christopher esto está mal. No quiero que me hagas daño, otra vez no. – Hablándole al oído. – Mientras una de sus manos acariciaba el miembro de Chris y la otra la colocaba en la nuca de él.

Christopher: No me hagas esto por favor. Mira como me tienes. – Llevándola hacia la cama.

     Narra Mía:

     Trate de salir de la habitación, pero cuando iba a abrir la puerta unas manos cerraron de ella. Christopher impedía mi salida.

     Sus labios en mi cuello hizo que sintiera una electricidad en mí, sus besos, su voz, su piel, todo de él me hacía pecar e hizo detenerme, no quería salir de esas cuatro paredes, quería sentir su piel desnuda junto a la mía, pero si me entregaba a él, sabía que iba a sufrir, me arriesgue y la que tomo la iniciativa fui yo...

     Narra Christopher

     Ella comenzó a estremecer su cuerpo mientras mis labios besaban de su cuello, sus gemidos pude sentir.

      Sus manos se fueron de inmediato a mi miembro donde este se pudo duro enseguida. Estaba excitado. Mientras hablaba, la tome entre mis brazos y la lleve directo a la cama, pero me sorprendió cuando ella tomaba el dominio sobre mí.

     Se colocó encima de mí, beso mis labios con furia, los mordió como si quisiera sacarlos de su lugar, me dolía, pero cada vez que trataba de hablar, ella con un beso me hacía callar. De los labios paso a mi cuello besando y succionando de ellos y mi cuerpo hacia estremecer.

     Cuando termino de besar y succionar de mi cuello, se sacó la polera que traía dejándome ver sus lindo y enorme busto, su cuerpo imperfectamente perfecto para mí. Mis manos se fueron a su espalda y en un par de minutos pude desabrochar el brasier (Me costó mucho esta vez desabrochar uno pensé).

     Sus enormes pechos subían y bajaban ya que su cuerpo se movía de manera sensual y salvaje a la vez. No podía controlarme y gemir fue lo más rápido que mi cuerpo pudo comunicar. Ella no paraba ni un segundo en moverse y eso hacía que mi erecto miembro quiera de ella, la deseaba, la necesitaba, la anhelaba, intente tocarla, pero alejo mis manos de su cuerpo. Me saco la polera que tenía, donde sus manos y su lengua subían y bajaban. Sus calientes manos tocaban mi desnudo torso y su lengua lamia de el sin detenerse.

     Ambos estábamos fogosos, ella mientras tenía el control de mi yo solo me dejaba hacer lo que ella quisiera, ninguna mujer había tenido el control sobre mí y eso me gusto, era una pequeña leona en la intimidad y eso me dejaba sin palabras, pero lo que hizo después fue aun peor...

     Narra Mía:

     Tenía el control total de él y al parecer lo disfrutaba. Lo que él no sabía era que en la cama la que mandaba era yo.

     Agarre mi polera que había dejado en la cama y como era de tela delgada forme un laso en las manos de Chris, era obvio que él no tocaría nada de mí, esta vez la que jugaría seria yo...

¿Se puede enamorar un Mujeriego?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora