Manos de plata

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Avaricia.

Era aquel componente humano capaz de cegar hasta al más lúcido de los hombres, nublar un juicio, buscar más de lo necesario a cambio de cualquier precio.

Era aquel sentimiento el que reinaba en el corazón de un simple campesino, envidiado por muchos otros, por ser poseedor de un buen campo próspero la mayor parte del año, un pozo que le brindaba agua, una buena mujer como esposa y un hijo trabajador, tenía todo lo que cualquier otro de las cercanías podría desear, pero el deseo anhelante de riqueza lo perseguía a cada segundo y día de su vida.

El frío de aquella oscura noche lo había llevado a buscar leña al bosque, con pasos pesados y maldiciones hacia su hijo que había preferido quedarse con su madre para velar por su seguridad. El crujir de las ramas se intensificaba por el brutal silencio, ni el viento meciendo las hojas hacia ruido, ni su propia respiración agitada por la fatiga parecía producir sonido alguno, y entre todo aquello, una voz profunda se escuchó a su espalda, haciendo que un grito escapara de sus labios y su cuerpo quedara de rodillas sobre la tierra.

-No tienes razones para temer, contrario a tu miedo, he venido a ayudarte.-Las últimas palabras fueron aquellas que lograron captar su atención, y armado de valor levantó lentamente el rostro para lograr divisarlo. La tenue luz de la luna se colaba entre las ramas de los árboles menos frondosos, dejando ver a un hombre joven de rojizos cabellos y ojos pequeños, con un elegante traje negro y un anillo de plata con un rubí en su diestra, un porte que para el hombre significó de inmediato riqueza.-Puedo otorgarte dinero, todo el que desees hasta tu muerte con una sola condición. -El campesino intentó pronunciar palabra pero ninguna se dignó a salir de su boca, no por miedo como antes, sino por la emoción que le causaba tal propuesta.-Deseo que me otorgue aquello que se encuentra detrás de su vivienda.

-¡Es todo tuyo! ¡Puedes llevarlo cuando quieras!-Gritó con entusiasmo sin pensarlo ni siquiera por un segundo, pensando en el pozo viejo detrás de su casa, algo inútil que podría traerle grandes riquezas.

Pero la vida no podía ser tan fácil, y era algo que aquel campesino ambicioso debería aprender.

Bajo la promesa de recibir la visita del extraño hombre la noche siguiente, el campesino regresó a su hogar con una sonrisa llena de satisfacción en su rostro, una que no tardó en desaparecer cuando al llegar observó a su hijo abrazando a su madre, que lloraba desconsolada.

-Vino un hombre a decir que vendría mañana a llevarme con él. -Explicó MyungSoo, el hijo del campesino, con el ceño fruncido mientras observaba a su progenitor con reproche.-Mencionó que me habías intercambiado por dinero.

El campesino palideció ante tal noticia, porque él no habría hecho algo tan ruin como lo que mencionaba su hijo, la idea de un matrimonio arreglado con una buena familia había cruzado su mente en algún momento pero el venderlo jamás.

-No puede ser posible, ese hombre me pidió lo que hay detrás de la casa.-Gritó el campesino enojado, inmerso en la negación de sus propios actos.-¡Quería el pozo!

-Estaba sacando agua del pozo, yo estaba detrás de la casa.-Aclaró el muchacho aún desconociendo la naturaleza de aquel extraño hombre que llegaría a buscarlo, ¿por qué lo quería a él y cómo sabía que había estado en el pozo mientras hablaba con su padre? MyungSoo siempre había sido el tipo de persona creyente en todo, con la idea clara de que existía mucho más que aquello que los ojos humanos permitían ver.-Es un demonio, ¿no es así? -Pero su padre solo volvió a maldecir, cerrado en su mundo en el que intentaba buscar una justificación lógica a todo aquel asunto, una lógica que se perdió por completo al siguiente anochecer.

El hogar estaba inmerso en la oscuridad, en un débil intento de su madre por hacer creer al individuo que la casa no albergaba vida alguna, pero la puerta sonó, seis veces seguidas hasta que la paciencia del demonio de pequeños ojos llegó a su límite y sin necesidad de permiso, apareció dentro del hogar, haciendo encender la chimenea con su sola presencia y paralizando de terror a la familia Kim, excepto al joven que ahora "era suyo".

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⏰ Dernière mise à jour : Nov 03, 2017 ⏰

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